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Nayim: “Tras aquel gol mi padre me dijo que se podía morir tranquilo”

El ex del Zaragoza recuerda uno de los goles más inolvidables del fútbol españoo

El exjugador delZaragoza Mohamed Alí Amar “Nayim”, autor del inolvidable gol que le dio la Recopa al Real Zaragoza el año 1995, ha explicado que lo que más recuerda cuando se cumplen 25 años de aquella gesta es que, tras el partido, su padre le dijo emocionado que se podía morir tranquilo.

"La alegría de mi padre fue lo que más me emocionó. Se puso a llorar y yo tampoco pude evitar llorar con él y darle un abrazo. Eso es lo que queda, hacer feliz a tu gente, a tu familia y amigos y a los aficionados", recuerda en una entrevista concedida a Efe.

Una de las fotos más icónicas de aquella final, aparte de la del golpeo del balón en el gol, es la de Nayim señalando con el dedo hacia la grada tras el tanto, gesto que iba dedicado a su padre, que estaba viendo el partido en directo junto a otros familiares, pero al que no consiguió ver en ese momento.

"También me acordé de Terry Venables, que comentaba el partido para una cadena inglesa e iba para él porque fue el que me dio la oportunidad de jugar en el Barcelona y luego en el Tottenham", explica.

Para los aficionados zaragocista el ceutí tiene un sitio reservado en el Olimpo del club maño, algo que queda patente cada vez que regresa a la capital aragonesa.

"Sigo viendo que la gente se acuerda y se emociona por el momento que vivió. Aún ahora me paran por la calle y me explican qué estaban haciendo aquel día, es increíble. Me siguen demostrando todo el cariño del mundo", destaca.

Igualmente apunta que hay personas que le dan las gracias por aquello y que es un "cariño increíble" el que siente cuando regresa a Zaragoza y del que está muy agradecido.

"Yo hice mi trabajo y me alegro de que entre todos hiciéramos felices a tantas personas. Yo ejecuté la acción del gol pero me gustaría que se hablase más del equipo en general. Eramos un equipo impresionante, sobre todo en La Romareda en donde éramos casi imbatibles", resalta.

El centrocampista dice que había visto el partido completo sólo en una ocasión hasta que hace unos días lo repitió el canal Teledeporte. "El gol lo he visto muchas veces, no porque me lo ponga para verlo sino porque cuando me para la gente me lo enseña en sus móviles. Es emocionante ver lo que supone una acción de un partido con el paso del tiempo", ha recordado.

Al exjugador 'blanquillo' no se le olvida la salida al Parque de los Príncipes por el túnel de vestuarios en donde los jugadores del Arsenal "gritaban mucho".

"Yo los conocía porque había jugado cinco años en Inglaterra e intentaban amedrentarnos porque además son así, gritan mucho y se animan, pero nosotros estábamos concentrados en lo nuestro y sabíamos que lo que teníamos que hacer era lo de todo el año, conservar la pelota y jugar", recuerda.

Nayim apunta que el Arsenal era el vigente campeón de la Recopa y que tenía un "equipazo" que había ganado ligas en Inglaterra y que contaba con un conjunto "muy competitivo".

"Deberíamos haber ganado antes por oportunidades pero ellos tenían un porterazo (David Seaman) que hizo paradas increíbles. Tras la primera media hora nos hicimos con el balón y empezamos a jugar como sabíamos creando oportunidades de gol. Cuando nos calmamos empezamos a jugar", analiza.

Del gol que dio la victoria al Zaragoza aclara que cuando controló el balón con el pecho tras un despeje de cabeza de un defensa del Arsenal levantó la cabeza y vio a Esnaider y Pardeza en fuera de juego y que, en la misma acción, observó al portero adelantado, todo en décimas de segundo.

"Vi al portero adelantado y el balón me quedó botando perfectamente. Se me ocurrió en ese momento tirar a puerta. Son cosas que a veces pasan. No sé por qué lo hice, me salió de alma y lo intenté. Hay veces que intentas cosas imposibles y salen", evoca.

Igualmente rememora que sintió que golpeaba bien el balón y que siguió la trayectoria a ver si al portero se le complicaba durante esos dos o tres segundos que duró el vuelo del mismo.

"Hay una imagen en la que Pardeza se agacha y yo estaba pendiente de que el portero se equivocase. Reaccionó una décima de segundo tarde y aunque tocó el balón no le dio tiempo a sacarlo", describe.

El protagonista de uno de los goles más espectaculares de la historia del fútbol aclara que no sabía cuánto tiempo quedaba de partido aunque sí sabía que restaba poco.

"Conocía bien a Seaman, que solía jugar adelantado porque sus centrales eran buenos pero lentos. Había advertido a Gustavo Poyet y a Santi Aragón de que se le podía sorprender así, e incluso éste lo intentó una vez durante el partido", aclara.

A este respecto apostilla que aquel final "no pudo ser más emocionante" porque supuso ganar una final europea y en el último suspiro de la prórroga.

"Todos esperábamos a los penaltis y hubo gente que se lo perdió, según me han dicho, porque se habían levantado en sus casas para ir a la nevera a coger algo de comer o beber y estar preparados para los penaltis", comenta.

Preguntado por aquella famosa frase que dijo Seaman con posterioridad de que aquel gol le perseguiría toda su vida, Nayim ha indicado que no debía martirizarse porque fue "uno de los mejores porteros del mundo".

"Ganó también títulos pero no siempre se gana. Hay que saber que estas cosas pasan en la carrera de uno. Era un auténtico porterazo pero por desgracia a veces un error se recuerda más que los éxitos", lamenta.

Para el ceutí, tras lo que le dijo su padre al término del encuentro, lo mejor, sin duda, fue el recibimiento en Zaragoza. "Fue increíble. No he visto tanta gente junta en mi vida ni tanta alegría. Había de todo, niños, padres, madres, abuelos con banderas y bufandas y ese trayecto desde el aeropuerto hasta la ciudad fue una locura", subraya.

A Nayim le hubiera gustado que todos los que salieron a recibirles y se congregaron en la Plaza de Pilar hubieran tenido el privilegio que tuvieron los jugadores de estar en el balcón del Ayuntamiento para ver "esa marea".

"Fue increíble, y cuando Sergi López empezó a corear las canciones que cantaban los aficionados en La Romareda fue súper emocionante. Esa imagen aún la tengo muy fresca en la retina, parecía un mar de bufandas", rememora.

Con respecto a la calle que le dedicó el Consistorio en el barrio de San José, apunta que siempre ha estado "agradecidísimo" de ser "una pequeña parte de la ciudad".

“Es algo indescriptible y fantástico, un orgullo. Tenían que habernos puesto una calle a cada uno de nosotros, no solo a mí, porque aquel equipo era extraordinario y me hizo disfrutar muchísimo”, finaliza.