Garbiñe Muguruza
El “gran vacío” de Garbiñe Muguruza en la pandemia
La exnúmero uno del mundo confiesa que no estaba preparada para el periodo de confinamiento
Garbiñe Muguruza ha asegurado en un artículo publicado en la revista Vogue que no estaba “preparada para el gran vacío” que ha sentido durante el confinamiento, aunque confía que esta etapa le sirva para el momento en que tenga que “colgar la raqueta”. “Cuando me planté en mi casa, confundida y sin ningún plan, pensé: ''Y ahora, ¿qué?''. Mi vida, en la que estoy acostumbrada a un ritmo frenético de viajes, presión y esfuerzo físico, se ha visto detenida de un día para otro. No estaba preparada, sobre todo para el gran vacío que he sentido al no poder hacer lo que mejor sé: jugar al tenis. Y, en especial, no estaba preparada para no poder rellenar ese tiempo con nada que se le compare”, asegura la exnúmero uno del mundo.
“Mis maletas llevan más de dos meses en casa y, para mi sorpresa, no tengo prisa por rehacerlas”, comenta. “El mundo ha dicho stop y nos ha puesto en nuestro sitio. Ahora los días realmente tienen 24 horas. Los minutos apenas pasan y eso supone que mi cabeza se vea invadida de ideas”, añade Muguruza después de esta etapa que ha atravesado en su casa en Ginebra (Suiza).
“Parecía que cada hora que pasaba el mundo se iba desmoronando un poco más. Lo que me había parecido algo impensable, como la cancelación de dos de los mayores torneos de tenis del mundo, se volvió de pronto algo insignificante. Habíamos salido de golpe de nuestra burbuja del circuito profesional de tenis. Lo que se nos venía encima”, comprendió la jugadora, “era mucho más grande y grave”.
Garbiñe confiesa que desde hace diez años, con 16, no había estado más de un mes en el mismo sitio. “Estoy batiendo un récord. La última vez fue cuando me operé del tobillo y no pude andar durante varios meses. De eso hace ya casi una década”, dice. El confinamiento por la pandemia ha supuesto para ella “un codazo”. “La vida te dice que hay muchas más cosas que el tenis", afirma.
La decimosexta jugadora de la actual clasificación mundial se siente “rodeada de un mundo superficial: medios de comunicación, cámaras, gente interesada o la famosa sociedad donde lo más importante es el Bentley que tienes”. “No me siento identificada con ese mundo, es vacío, es soledad, placeres efímeros. Son las experiencias únicas y compartidas las que nutren, alimentan tu visión, tu perspectiva y las ganas de vivir”, dice Muguruza, antes de repasar el viaje que hizo a Tanzania en octubre con una subida incluida al Kilimanjaro, que fue todo un shock para ella. Garbiñe ha aprovechado el confinamiento para retomar sus estudios y ha realizado cuatro cursos: dos de nutrición y salud, de la Universidad de Stanford; uno de psicología, de la Universidad John Hopkins; y uno de ciencia del ejercicio, por la Universidad de Colorado.
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