La increíble transformación de Mike Tyson para volver a pelear

Evander Holyfield parecía el rival perfecto para la reaparición de Mike Tyson. Los dos boxeadores que brillaban en los 90 tenían la oportunidad de volver a encontrarse, aunque siempre “con fines benéficos”, aclaraba Tyson. Pero Holyfield, el hombre al que Mike arrancó un pedazo de oreja de un mordisco en una de las peleas más recordadas de la historia reciente, ya no es el candidato oficial. “Hay muchas opciones”, dice Tyson.

El “Terror del Garden” está a punto de cumplir 54 años y ha encontrado en el confinamiento por el coronavirus la excusa ideal para ponerse en forma y regresar a los cuadriláteros. “Estoy en la mejor forma de mi vida. Peso 104 kilos”, asegura Tyson, que siempre insiste en el carácter benéfico de su regreso “para ayudar a los más desfavorecidos”.

La transformación de Tyson, en realidad, comenzó hace tiempo. Después de su retirada se dejó ir en todos los sentidos. Engordó de manera desmesurada y tuvo varios problemas judiciales. El cambio empezó por la alimentación, hace aproximadamente diez años se hizo vegano. Luego publicó una autobiografía que le sirvió de exorcismo y de base para un monólogo que paseó por teatros de diversas ciudades de Estados Unidos.

Pasó de los 172 kilos que llegó a dar en la báscula a los 104 actuales. El último paso para su rejuvenecimiento ha sido un tratamiento con células madre que le hace sentirse “mejor que nunca”. El tratamiento está valorado entre 5.000 y 25.0000 euros. Hace ejercicio cada día, “dos horas de cardio” y procura convertirse “en la mejor persona que pueda”.

Ahora busca rival para su pelea benéfica. Espera firmar pronto el contrato de reaparición. Para ponerse enfrente de los puños de Mike ha sonado el nombre de Tyson Fury, uno de los grandes de los pesos pesados en este momento. “Demonios, sí”, confiesa el actual campeón de los grandes pesos que fue su respuesta cuando recibió la propuesta. “Aunque no creo que se haya materializado”, asume en una entrevista concedida a BT.

Shannon Briggs, un boxeador de su época, que nunca ha admitido su retirada aunque no pelea desde 2016, es otro de los candidatos. Pero el circo extiende sus posibilidades hasta la MMA, las artes marciales mixtas, y el luchador brasileño Wanderlei Silva. Cualquier cosa es posible cuando se trata de Tyson.