Juegos Olímpicos

Coronavirus

Desescalada en el deporte: entrenar sin sentirse un delincuente, patadas a muñecos...

Carolina Marín, que ha vuelto a coger una raqueta, el marchador Diego García y el taekwondista Jesús Tortosa cuentan cómo ha sido el regreso al CAR de Madrid

El equipo de taekwondo ha vuelto a los entrenamientos en el CAR de Madrid
El equipo de taekwondo ha vuelto a los entrenamientos en el CAR de MadridTwitter

«Vamos al lío...», decía Carolina Marín mientras entraba esta semana en el módulo de bádminton del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid y saludaba a su entrenador, Fernando Rivas, con el codo. «Qué ganas tenía. Por fin ya estoy aquí», continuó la campeona olímpica y triple campeona del mundo. Atrás queda ya su confinamiento en Huelva con su madre y pendiente del estado de salud de su padre, que sufrió un accidente recientemente. Han sido tres meses sin tocar una raqueta y un volante, más que en toda su vida desde que comenzó en un deporte en el que ha llegado a ser la mejor. Se trata ahora de ir poco a poco, de forma progresiva para evitar lesiones. «Todavía no estoy acostumbrada a los movimientos explosivos del bádminton», admite la embajadora del Banco Santander y una mujer para la que estar en una pista tiene pocos secretos, ya que posee un palmarés insuperable, que quiere seguir aumentando: la vista está en poder volver a competir en septiembre y el gran objetivo lo sitúa más allá, en el verano de 2021, en los Juegos de Tokio. Pero el parón ha sido largo. Su vuelta a Madrid, que puede ser por un periodo corto porque en breve podría trasladarse al CAR de Sierra Nevada, es el reflejo de que el deporte va tomando color.

«La sensación es de que todavía no hemos vuelto a la normalidad, está casi todo cerrado en el CAR, y la Casa de Campo la han abierto esta semana, aunque todavía no hemos ido. Pero así son estas fases, la realidad todavía es incompleta. Seguimos esperando que se resuelva todo cuanto antes», afirma el marchador Diego García, subcampeón de Europa de 20 kilómetros y uno de los primeros en volver a su lugar habitual de trabajo, a la que podría considerarse su segunda casa, donde ha podido ir las últimas dos semanas, desde el 18 de mayo, cuando abrieron. «La idea más impactante que tuve cuando fui al CAR por primera vez tras el confinamiento es que me sentí bien entrenando en un exterior, sin tener la sensación de que todo el mundo me miraba como si estuviera robando un banco. Ya sabes, como íbamos a deshora la gente miraba mal y decía cosas. Fue pensar: “Qué bien, estoy en un exterior, estoy entrenando y todo el mundo está de acuerdo en que lo que estoy haciendo no está mal, no tengo que explicárselo a nadie”», reconoce el atleta.

29 centros abiertos (más cuatro), 1.083 deportistas en los CAR

En total en España hay abiertos29 de los 56 centros de tecnificación para deportistas, entre los que se incluyen los cuatro CAR, en 13 Comunidades Autónomas diferentes. En esta segunda semana desde que volvieron a la actividad los han utilizado 1.083 deportistas y 310 entrenadores, siendo el de Sant Cugat el más poblado con 511 deportistas (102 de media entre el lunes y el viernes pasados), seguido del de Madrid con 425, el de Sierra Nevada (103) y el de León (44). En la capital, por ejemplo, acudieron 71 el lunes, 91 el martes, 87 el miércoles, 82 el jueves y 94 el viernes. La segunda semana empezó su preparación el equipo de taekwondo. Han comenzado con trabajos de musculación y poco más, pues en los deportes de combate no está permitido el contacto todavía. Pero lo importante es que el grupo ha estado junto de nuevo. «Va a ser una vuelta lenta, pero vamos con mucha ilusión. Que nos abran otra vez el centro de alto rendimiento es un signo positivo de que se está mejorando y que recuperaremos la normalidad», opina Jesús Tortosa, bronce mundial en 2017 y con plaza para Tokio, donde aspira a lo máximo. «Ahora estamos haciendo preparación física en el gimnasio para ir adaptando la musculatura, como llevamos haciendo durante la cuarentena, porque ponernos a hacer taekwondo podría ser peligroso: ¡Llevamos bastante tiempo sin pegar patadas en serio! Estamos yendo tres días, a medida que pase el tiempo y se abra la residencia ya empezaremos a hacer taekwondo, primero pegando a los muñecos Bobs y los dummies, todo con distancia y medidas de seguridad», añade el taekwondista madrileño.

Como la residencia en Madrid, en la que viven casi 300 deportistas, sigue cerrada (está abierta sólo la de Sierra Nevada) algunos como Lydia Valentín siguen fuera, pero eso no quiere decir que hayan parado. La última imagen de la triple medallista olímpica de halterofilia es levantando y haciendo girar por un camino rural una rueda de tractor, de esas que pesan más de cien kilos.

El fútbol, un paso por delante

La afluencia a los CAR, para la que es imprescindible pasar una revisión médica, seguirá creciendo. También la apertura de centros. Esta semana tienen previsto hacerlo otros cuatro: el de tiro con arco en Madrid, el de deportes de invierno en Jaca, el de rugby en Valladolid y el de voleibol en Palencia. En el caso del fútbol, vuelven ya los entrenamientos de grupo, con precauciones, pero ya sesiones parecidas a las previas al coronavirus. Van un paso por delante del resto de deportes. La semana pasada, fueron 1.192 jugadores (581 en Primera y 611 en Segunda) los que trabajaron, junto a 328 técnicos (198 en Primera División y 130 en Segunda). El número de personal en las instalaciones fue de 964 (530+434). En baloncesto están en acción 11 clubes, para un total de 172 jugadores, 94 técnicos y 87 trabajadores en los recintos.