Atlético de Madrid

Coronavirus

Para Oblak no ha habido parón

El esloveno y Unai Simón fueron decisivos para el empate final

Oblak vuela para detener el remate de Yeray
Oblak vuela para detener el remate de YerayLuis TejidoEFE

Hay cosas que ni siquiera una pandemia es capaz de cambiar, como la tendencia al empate del Atlético y la vocación de superhéroe de Jan Oblak. El equipo de Simeone ha empatado ya trece de los 28 partidos que ha jugado en esta Liga. Casi la mitad, demasiado para un grupo que siente como una obligación clasificarse para la Liga de Campeones y que piensa seriamente en ganarla este año.

El Atlético sólo ataca para defenderse y así es muy difícil modificar esa querencia al empate que demuestra esta temporada. Amenazó en el comienzo en San Mamés con un disparo de Carrasco y después se echó atrás en seguida.

No se siente cómodo el Atlético cuando mira hacia delante. Y podría hacerlo porque pocos porteros transmiten más tranquilidad que Jan Oblak. El arquero del Atlético va en busca de su quinto Zamora consecutivo y volvió a ser decisivo para que su equipo salvara la igualada.

Calentó en la primera parte con un remate de cabeza de Iñaki Williams. Sencillo, sin problemas, detuvo el intento del delantero del Athletic. Lo mejor llegó minutos después, en otro remate de cabeza, en esta ocasión de Yeray, que le hizo saltar de palo a palo para despejar la pelota de manera espectacular.

Oblak ha convertido en rutina lo que es excepcional. Es el mejor portero que podía tener el Atlético, seguro entre los tres palos, que es lo que necesita Simeone. Sus defensas le protegen a su alrededor, pero de lo que va a la portería se encarga él.

Oblak salvó al Atlético en sus peores momentos, cuando más apretaba el Athletic. Eso permitió al Atlético tener una vida extra, alimentada con el oxígeno que le dieron los cambios. Hizo tres de golpe Simeone en busca del gol. Entraron Morata, Lemar y Arias, que tuvo la mejor ocasión del partido para desempatar.

Arias recogió un rechace de Unai Simón y remató contra el cuerpo del portero del Athletic, que tuvo los reflejos suficientes para detener el disparo en la línea. Fueron dos acciones consecutivas del guardameta local, dos paradas en la misma jugada. Primero a un centro de Lodi que se iba a gol y después al remate de Arias. «En el segundo tiempo nosotros estuvimos más cerca de la victoria. La jugada de Arias fue la más clara del partido y nos pudo permitir llevarnos un partido que siempre es difícil en un campo duro, complicado», se lamentaba Simeone después del encuentro. «En el segundo tiempo hemos sido superiores y ha tenido la última Santi [Arias] para ganar el partido», reconocía Koke.

Los porteros fueron decisivos para que no hubiera más goles que los que marcaron Muniain y Diego Costa en un momento de locura. El capitán del Athletic marcó el primero del partido en un remate con el exterior después de un pase de Yuri desde la banda izquierda. Se adelantó a Thomas, que llegó a tiempo de tocar la pelota, pero el rebote lo devolvió Muniain de nuevo hacia dentro.

La respuesta de Diego Costa llegó de manera inmediata, gracias a un regalo de Yeray, que quiso sacar la pelota jugada y se la entregó directamente a Saúl. La conexión con Koke funcionó de manera instantánea y el pase interior del capitán a Diego Costa dejó solo al delantero ante Unai Simón, que nada puedo hacer. Costa resolvió con tranquilidad y ya no se movió el marcador.

Ningún futbolista mejoró la actuación de los porteros y el resultado no se alteró. Oblak ya ha dejado su portería a cero en diez ocasiones esta temporada y si el Atlético sigue aspirando a alcanzar la Champions, aunque sea con pasos cortos como el de San Mamés, es principalmente gracias a él.

También fue decisivo en la Liga de Campeones en Liverpool. Sólo costó 16 millones su traspaso, los mejor amortizados por el Atlético en los últimos años. A Simeone sólo le falta aconpañarlo con un poco de gol, lo justo para que el portero no sea el mejor en la mayoría de los partidos. Con el esloveno en la portería puede estar tranquilo.