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El Real Madrid gana la batalla al Getafe (1-0) y se lanza por La Liga

En un partido muy complicado, Ramos marcó el gol de la victoria de penalti y el Barcelona se queda a cuatro puntos

La Liga Santander - Real Madrid v Getafe
Sergio Ramos celebra su gol de penalti ante el GetafeSERGIO PEREZReuters

A los diez segundos del partido, el Getafe vio la primera amarilla tras una fuerte patada a Isco. Sergio Ramos gritaba continuamente si el rival había encendido la radio, porque no paraba de gritar. Y cuando se cayó otro futbolista del Getafe: «Va para actor de Hollywood». Desde el banquillo del Real Madrid chistaban para silenciar las protestas del banquillo del rival. Y tras una patada de Modric a Mata, que cayó con un grito que parecía agónico, se acercó Carvajal gritando: «¿Llamamos a la ambulancia, llamamos a la ambulancia?». Así fue el partido para el Real Madrid contra el Getafe, un encuentro al que Zidane quiso quitar importancia, pero que era importante. Fue un dolor continuo, un quiero y parece imposible. Un chocarse una y otra vez.

Lo que no se le puede negar al Madrid, sin embargo, es la fe con la que persigue esta Liga, que ya se le pone muy de cara. Porque lo siguió intentando y porque Zidane acertó con los cambios. Cuando dio paso a Rodrygo, Valverde y Asensio, el equipo se sintió más ligero y el Getafe, más cansado. Empezó a encontrar los espacios que antes se le habían negado. Llegó más y provocó el penalti, sin ninguna polémica. Ramos es infalible desde ahí y el Madrid salió de la pesadilla del Getafe para ver el cielo abierto, LaLiga, ahora sí, está un paso más cerca, un paso fundamental.

El Getafe de Bordalás se ha hecho competitivo gracias a su oficio en construir trampas, aunque a su entrenador le cueste reconocerlo. Es, principalmente, un equipo difícil, al que no hay manera de hacerle daño, porque no hay manera de jugar. El Madrid fue incapaz de hacer un par de jugadas seguidas durante 70 minutos, siempre había una selva de piernas, rebotes, barullo o balones altos. Varane se tuvo que retirar a la media hora del choque mareado. El francés, que estaba contemplando una serie de encuentros excelentes fue a todos los balones aéreos y se llevó un pelotazo con el que no pudo más. Militao fue el recambio de urgencia de Zidane.

El entrenador francés hizo, por primera vez desde que volvió la competición, una alineación sin sorpresas. La ausencia de Hazard de la convocatoria dejaba la banda para Vinicius y el otro lado, o la media punta, para Isco. Con Modric, junto a Casemiro y Valverde, era el once más competitivo, pero por más vueltas que le dio el equipo, no encontró la manera de circular con limpieza. Tampoco el Real Madrid es un equipo especialmente veloz. Casi todos sus futbolistas la piden al pie, no al desmarque. Isco da muchas vueltas, intenta ayudar, pero sus toques no aclaran. Y tampoco Modric llega con aire. Benzema, como hace siempre, bajó mucho para ayudar y ser un centrocampista más. Nada.

Ni siquiera funcionó la opción Vinicius, que es a lo que se agarra el equipo cuando todas las puertas están cerradas. El Madrid sólo llevó peligro cuando pudo correr un poquito, cuando encontró un hueco en la banda izquierda, tras una jugada que empezó en la derecha. Ése era el plan, mover al rival, pero sólo funcionó una vez. Al remate llegó Vini y estuvo cerca. Soria, el portero del Getafe, se estiró bien para evitar el tanto.

El Getafe había llegado antes porque jugó el partido que quería. Muchas minas por todo el campo y aprovechar los cortes o las jugadas a balón parado. Sufrió por eso Varane. Y tuvo que sacar una mano Courtois para que el rival no hiciera más daño.

Tenía claro Bordalás que había que buscar el costado de Carvajal porque ahí estaba de extremo Cucurella, un nombre que provoca malos recuerdos en el conjunto blanco. Se fajó como hace siempre el lateral madridista. Cucurella acabó agotado y Carvajal provocando el penalti.

Se el empezó a hacer largo el partido al Getafe cuando la segunda parte llegaba a su ecuador. El Madrid tuvo paciencia y mejor banquillo.

LaLiga se gana en estas guerras.