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Atlético - Mallorca: El Atlético se siente intocable (3-0)

Morata marcó dos goles antes del descanso y Koke remató en el segundo tiempo. Los rojiblancos tuvieron que repetir otra vez un penalti para marcar en el segundo intento

Morata celebra su segundo gol al Mallorca
Morata celebra su segundo gol al MallorcaJesus G. FeriaLa razon

Ningún futbolista en el Atlético tiene el brillo de Joao Félix, pero tampoco se acerca nadie a la potencia y a la intensidad de Marcos Llorente. El renacido futbolista rojiblanco hizo en el último minuto de la primera mitad lo que pocos están capacitados para hacer a esas alturas de partido. Se marchó por velocidad en un puñado de metros sin que los rivales pudieran seguirle, llegó hasta la línea de fondo y tocó el balón con la suficiente fuerza para que no llegara Manolo Reina y Morata sólo tuviera que empujarla.

La superioridad física de Llorente es abrumadora en estos tiempos de cinco cambios, pausa para hidratación y un partido detrás de otro. Él marca la diferencia en el Atlético por condición física. Un abuso.

Joao Félix se hace superior por condición técnica. Contra el Mallorca jugó más cerca del área y dejó la banda para Llorente. Suyos fueron los primeros intentos del Atlético. Se le escapaban por meter demasiado el exterior, por pegarle demasiado arriba. O porque el gol no le tocaba.

Los goles eran cosa de Morata. Pero nada es fácil para el delantero del Atlético. El primero llegó de penalti, pero necesitó dos intentos para conseguirlo. El primero se lo paró Manolo Reina, con los pies en su sitio, pero Sedlar entró en el área antes de tiempo y después impidió el segundo remate del «9» rojiblanco. Mandó repetir el árbitro y a la segunda sí acertó Morata.

Los penaltis son un sufrimiento para el equipo de Simeone, que ha necesitado cuatro lanzamientos para marcar dos en las últimas dos jornadas. Aunque no cuentan como errores porque los dos los mandaron repetir.

Morata se marchó en la segunda parte, sustituido por Diego Costa, pero con la sensación del deber cumplido. El segundo gol fue más sencillo después del pase de Llorente, pero la alegría es la misma.

El Mallorca se agarraba a los pies de Kubo para acercarse al área de Oblak. Tiene algo diferente el japonés, algo que hace especial esa zurda de la que la pelota suele salir mejor que cuando llegó. Pero no es suficiente él solo para hacer daño al Atlético, que se ha hecho fuerte en esta minitemporada que le sirve, además, de preparación para la Liga de Campeones.

Simeone ha recuperado el equipo fuerte físicamente y fiable que siempre fue. Da igual quién juegue. La pareja de centrales era la más habitual, Savic y Giménez, pero en el lado izquierdo el canterano Manu Sánchez daba descanso a Lodi y por delante el Cholo prescindió de Thomas y se atrevió a dar el mando a Saúl y a Koke, que jugaron sin guardaespaldas. Y tampoco le importó poner en las bandas a dos jugadores ofensivos, Llorente, ahora que ha descubierto que ésa es su verdadera vocación, y Carrasco. El belga ha vuelto del confinamiento a su mejor nivel en años y Simeone quiso aprovechar el impulso de su buen partido en el Camp Nou.

El banquillo le sentó bien a Lodi, que entró en la segunda parte fresco para lanzarse al ataque. En una de sus primeras intervenciones disparó al larguero. Pero el tercer gol llegó en un remate afortunado de Koke. Su disparo pegó en Sastre y despistó a Reina.

Todo le sale al Atlético, que parece intocable en este regreso de la competición que ha consumido más de la mitad del calendario pendiente. Nadie parece en condiciones de discutirle la clasificación para la Champions.