El Real Madrid gana al Athletic (0-1) y se lanza a por La Liga

El Real Madrid va directo hacia LaLiga y ha dejado atrás el que podía ser el principal obstáculo que le quedaba. Ganó en San Mamés y ahora, a la espera del partido del Barcelona, es líder con siete puntos de ventaja. Tiene el campeonato en su mano, cada vez más cerca, con menos partidos por disputar y sobre todo, con una sensación de firmeza que hace muy difícil pensar en errores.

No es el Madrid más brillante porque las circunstancias no dan para eso. Y menos en San Mamés: con poco descanso tras el agotador partido frente al Getafe y jugando al mediodía. Era un partido para sobrevivir, pero el Real Madrid lo terminó con victoria. Tuvo más el balón, puso más intención que el rival y aunque, otra vez, le faltó profundidad, el penalti a Marceloo fue definitivo. 19 consecutivos tirando lleva Sergio Ramos y 19 consecutivos lleva marcando. Decidió el encuentro contra el Getafe y resolvió el choque en Bilbao. Dos escollos, dos pasos fundamentales para sentirse campeón.

El penalti a Marcelo no lo vio el árbitro. Fue un pisotón que le tuvo que indicar el VAR. Marcelo se quejaba en el suelo y el partido seguía sin que el colegiado fuese consciente de que había sucedido algo esencial para el partido y para LaLiga. El lateral brasileño había sido derribado.

El Athletic protestó, aunque el pisotón es indudable. Pero lo que enfadó más al conjunto local fue un pisotón de Sergio Ramos a Raúl García. Son dos pisotones, pero no son dos pisotones iguales: el de Ramos es totalmente inconsciente, sin que esté la pelota en juego y sin que él sepa que el pie del rival esté ahí.

Zidane planteó el partido como continuara el choque del Getafe, con Rodrygo y Asensio en la bandas. El segundo fue el mejor desde la izquierda, con tres centros que eran tres goles. Pero no rompía el partido ni él ni la velocidad de Iñaki Williams.

Empezó bien el Madrid, pero después se hizo sitio el Athletic. Al encuentro le faltaba algo de ritmo. La pelota era blanca, aunque le costaba hacer daño. Es una constante en el equipo de Zidane, que termina abusando de los pases al área. También es verdad que apenas recibió sustos.

El choque estaba igualado, hasta el penalti. Y a partir de ahí, el Madrid se sintió muy cerca de ser campeón.