La polémica del VAR: los árbitros consideran que no ha habido errores graves en los partidos de Madrid y Barça

Volvió el fútbol tras el confinamiento, con su VAR, porque está aquí para quedarse, y la polémica se ha multiplicado por la cercanía del final de la Liga, con los equipos cerca de cumplir o no sus objetivos. Cada semana se queja alguien de los árbitros. El uso de la tecnología ayuda a corregir errores, pero también provoca más sensación de injusticia para el que pensara que se van a dejar de cometer al haber detrás un ángel de la guarda. Desde el principio los propios impulsores de esta herramienta dejaban titulares como por ejemplo el que el presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), Velasco Carballo, dijo en este periódico: «El VAR es un ser humano que comete errores». Se trata de reducirlos y de que, cuando se produzcan, no sean de bulto, no decidan títulos. Se han quejado en esta vuelta del confinamiento, hablando de que no entienden por qué unas veces sí otras no, que no saben muy bien el criterio pese a los cursos recibidos, el Celta, el Alavés, el Mallorca, la Real Sociedad, el Betis, el Athletic... Y lo hizo el Barcelona disparando con todo, a través de su presidente en los micrófonos de Movistar: «El VAR no está dando la talla que todos queríamos. Desde que ha pasado el confinamiento ha habido muchos partidos que no ha sido equitativo y parece que siempre favorece al mismo». Pum. Desde que decidió salir el propio Josep Maria Bartomeu a hacer declaraciones estaba claro que quería mandar un mensaje, más allá de tranquilizar por una posible marcha de Messi en el verano de 2021. Cuando se quejan el Barça o el Real Madrid (que también lo hizo en su momento), parece que la tensión aumenta. «Tranquilidad total y absoluta, nada de alarmismo», aseguraban este lunes desde el CTA, después del incendió que trató de provocar el máximo mandatario azulgrana. «Acertando hay mucho ruido. El día que se falle de verdad en una cosa gorda...», continúan. Están convencidos en el colectivo arbitral de que no se ha cometido un error clamoroso en los partidos del Real Madrid y del Barcelona, más allá de jugadas que se puedan interpretar de una manera u otra, como siempre pasa en el fútbol. Fuera de los dos grandes sí se admite alguna decisión difícil de justificar, aunque no señalan cuál porque no entran a valorar acciones concretas. La más clara quizá es el penalti que le pitaron a favor al Mallorca contra el Celta o el del Atlético de Madrid contra el Alavés.

Es tan viejo como el propio fútbol hablar de los árbitros cuando la cosa no va bien y la maldita hemeroteca suele poner en evidencia contradicciones. No hace tanto, en febrero de 2019, Josep Vives, el portavoz del Barcelona, decía: «Somos impulsores del VAR. Creemos que es una herramienta excelente para ayudar a los árbitros. Aunque exista el VAR continuará habiendo errores. Seguro que la herramienta se puede perfeccionar, pero no se puede enjuiciar por una sola acción». Y añadía: «No podemos estar sospechando de todo el mundo»; que es justo lo que han hecho ahora: poner la duda sobre la mesa. Vives insistió el lunes en que defienden el uso del VAR, que la herramienta es buena, pero que no está siendo equitativo. Reiteró lo que dijo su presidente. Estos mismos cambios de parecer se le podrían sacar a casi todos los equipos. José Luis Mendilibar, el entrenador del Eibar, es de los pocos que desde el principio dijo que no le gustaba y así se han mantenido, cuando la tecnología le ha corregido alguna jugada a favor o cuando lo ha hecho en contra.

Sorprende en el CTA que Bartomeu saliera a opinar sobre partidos que ni siquiera son los de su equipo. «Hace temporadas que no se vivía un final apretado de Liga», piensan como posible explicación los árbitros. Los dos últimos campeonatos los ganaron los azulgrana con solvencia. En cuanto al lío generalizado de cada jornada entienden que es debido a las extraordinarias circunstancias en las que se está jugando: hay partidos todos los días, se han jugado 70 en poco más de tres semanas. La sensación de que la normativa ha cambiado, de que ahora se entra a valorar cualquier contacto por mínimo que sea, no es real según el CTA: «Es lo mismo. Hay partidos en los que se entra más o menos, pero no hay ningún cambio de directriz. A veces se acertará y otras no», afirman. La idea es que el árbitro pite como si no hubiera tecnología, pero es difícil sabiendo que está, lo que puede producir la sensación de que en ocasiones se acomodan. La ausencia de público es otra novedad. Los árbitros prefieren que sí lo haya, porque desde abajo sólo se oye un murmullo (no los insultos) y eso en parte ayuda a la concentración más que estar escuchando a los jugadores gritar.

A final de temporada el CTA hará una valoración pública y general de las actuaciones de los árbitros y el VAR. Quedan cuatro jornadas en las que los decibelios aumentarán. El presidente de LaLiga, Javier Tebas, también se unió al debate del VAR. «Le pongo un 7. Falta explicarlo un poco más,. Ha habido días no muy agraciados y algún fallo tecnológico. El otro día estuvo el Atlético 30 minutos sin VAR. Eso no es bueno», valoró.