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Griezmann

Las claves de la mejoría de Griezmann ante el Villarreal

El francés jugó su mejor partido con la camiseta del Barcelona

VILLARREAL / FC BARCELONA
Griezmann, a punto de abrazar a Messi, con el que se entendió a la perfección en el partido contra el VillarrealDomenech CastellóEFE

Griezmann lleva 15 goles esta temporada, en la que ha disputado 44 partidos, lo que sale a 0,34 goles por encuentro. La cifra es la peor del francés los últimos años, ya que en el Atlético de Madrid promedió 0,45, 0,59, 0,49, 0,60 y 0,47, respectivamente, de su último año al primero, y en el curso de despedida de la Real Sociedad logró 0,40 tantos por aparición. Hay que ir a la temporada 2012/13 para encontrar una cantidad más baja (0,31). Pero, sin ser un registro ni mucho menos brillante, ya que se calculaba que su producción se multiplicaría al lado de Messi, tampoco es un desastre. Lo preocupante del fichaje estrella del Barça era su escasa participación en el juego. Los goles, bien seleccionados, porque en Liga siempre había marcado el primero de su equipo (salvo en La Cerámica, aunque estaba preparado para hacerlo en el autogol de Pau Torres) y en Champions logró el 1-1 en Nápoles en la ida de octavos, lo definían. Si no marcaba, no existía. Apenas con el Betis en la jornada dos se le vio... Y mucho contra el Villarreal el domingo. Setién cambió el sistema para poner a Messi de enganche y dos delanteros y el juego entre el tridente fluyó. Conectó el argentino con Suárez y Griezmann, que por fin entró en contacto con la pelota. Si su promedio en Liga no llegaba a 26 pases por partido, en el último choque casi dobló su actividad, para irse a los 45.

Griezmann no es un futbolista de desborde y regate, pero sí tiene muy buen pie para asociarse y un gran desmarque al espacio. Es pronto para sacar conclusiones y saber si este cambio táctico tiene continuidad o si funcionó porque el Villarreal no tuvo un gran día o cómo lo hará contra rivales que se cierren más por dentro. «Ha estado en una zona mejor para él», admitió Setién, que lo relegó al banquillo en duelos decisivos como los del Sevilla, Celta y Atlético, donde al Barcelona se le escapó la Liga. «Nos sentimos más protegidos», confesó Piqué de la disposición que tuvieron los jugadores ante el Villarreal. En el campeonato doméstico es tarde, pero queda la Champions.