El Atlético gana al Betis con diez (1-0)

El Atlético vio interrumpida su alegría dos veces por el VAR. Primero fue Correa y después Morata los que vieron cómo sus goles se desvanecían tras la revisión en el videoarbitraje. El Atlético, por lo tanto, se vio obligado empezar su partido dos veces más. Porque eso es lo único que necesita el equipo rojiblanco para descansar, un gol.

Pero es difícil encontrarlo cuando al equipo le cuesta elaborar y sólo es capaz de sorprender por las carreras de Llorente o por la insistencia de Correa. Ni siquiera el contraataque resulta una opción si el jugador más adelantado del equipo de Simeone está en la mitad del campo propio cuando la pelota estaba en poder del Betis. Había demasiada distancia hasta la portería.

Una distancia que en ocasiones conseguía acortar el Atlético, como en el gol anulado a Morata. Un pase adelantado de Koke le permitió ganar la espalda a la defensa y plantarse solo ante Dani Martín. Pero estaba en fuera de juego.

La otra opción para el Atlético era ir a buscar arriba al Betis, presionarlo en la salida de balón como hacía en sus mejores tiempos del Cholo. Era el arma que le permitió ganar la Liga y derribar a rivales como el Barcelona y el Bayern en la Liga de Campeones. También al Liverpool antes del confinamiento. Pero la insistencia en la presión le duró unos minutos al Atlético. Insuficientes para resolver el partido en los primeros instantes, como le gusta.

El Atlético permitió que el Betis creciera. Y fue a más con el paso de los minutos. El campo se desniveló con la expulsión de Mario Hermoso. Al central rojiblanco se le escapó Loren recién atravesado el centro del campo y lo enganchó para derribarlo por detrás. Roja directa, aunque el árbitro, por si acaso, fue a verlo al monitor, donde no hizo más que reforzar su primera apreciación.

Con uno menos el campo se desniveló de manera definitiva. Aunque la mejor ocasión ya la había tenido Loren cuando estaban once contra once en un mano a mano con Oblak. Lo superó por encima en la salida, pero el remate le salió desviado.

Al Atlético sólo le quedaba el recurso infinito de la pelota parada. Una falta que Carrasco puso en la cabeza de Diego Costa valió el gol definitivo, aunque también llegó con suspense. El videoarbitraje revisó un posible fuera de juego del hispanobrasileño, aunque la pelota también pudo golpearle en la mano en el remate. Parece que fue el hombro lo que impulsó el balón a gol y Simeone y su equipo pudieron respirar después de ganar su primera «batalla» al VAR en el partido.

Feddal, que no había participado, protestó desde la grada. Y aunque se escuchaban insistentes gritos de «échalo» desde el bando rojiblanco, el portugués se marchó solo con una tarjeta amarilla.

El Atlético había cumplido el objetivo. La clasificación para la Liga de Campeones está hecha y, liberado de esa presión, se dedicó a aguantar los últimos minutos a la espera de algún gol que les permitiera tranquilizarse aún más.