Cristiano
Juventus, la obra de Sarri que perfeccionó Cristiano Ronaldo
El portugués ha sido determinante para que la Juve gane su novena Liga consecutiva.
El noveno título de Liga consecutivo de la Juventus no se puede entender sin Cristiano Ronaldo. Pero tampoco sin Maurizio Sarri, el técnico que afrontó el mayor desafío de su carrera para extender el dominio de la Juve en la Serie A y para guiar a la Vecchia Signora hasta el triunfo en la Liga de Campeones. El primer objetivo está cumplido con nota. El segundo, todavía está por ver.
Sarri, un entrenador de buen gusto futbolístico, sufrió un importante proceso de adaptación a la Juventus, como notable fue el esfuerzo que debieron hacer sus futbolistas para acomodarse a las exigencias del técnico napolitano.
Una defensa sólida, la segunda mejor de Italia después de la del Inter; fútbol vertical y directo en ataque, pero sin olvidar el buen trato de la pelota; presión alta y un esquema que fue mutando hasta acomodarse entre el 4-2-3-1 y el que siempre ha sido el favorito de Sarri, el 4-3-3. Sobre estos fundamentos se manejó para moldear su Juventus. Pero, además, se encontró con una variante desequilibrante e incontrolable que terminó por dar sentido a su proyecto y rescató al equipo en los momentos en los que parecía que se perdía entre dudas, Cristiano Ronaldo.
Sarri terminó por comprender que para que su proyecto tuviera éxito y la Juventus fuera un equipo fuerte, Cristiano debería estar a gusto. Y el portugués se siente cómodo partiendo desde la izquierda en ataque y siendo la primera opción ofensiva del equipo. Ensamblada la pieza principal, la maquinaria funcionó casi a la perfección en la Serie A.
Líder indiscutible del equipo, Cristiano respondió con goles, 31 en 32 partidos, y no paró de contagiar su voracidad competitiva y su deseo de victoria al resto del plantel. Con Sarri en el banquillo y Cristiano en el campo, el esfuerzo no se negocia. Rendirse nunca es una opción para esta Juventus, que también supo manejarse cuando vinieron momentos de duda y zozobra.
El comienzo de temporada fue sobresaliente y la primera derrota no llegó hasta el mes de diciembre, en la visita a la Lazio, el mismo equipo que poco antes de Navidad les pasó por encima para ganarle la Supercopa de Italia por un claro 1-3. Primer título de la temporada perdido y primeras dudas de la capacidad de Sarri para gestionar a la Juventus. En ese momento, el Inter no solo le aguantaba el paso, sino que el equipo que entrena Antonio Conte parecía destinado a acabar con el dominio de la Juve.
El pulso se mantuvo hasta justo antes del parón por la pandemia del Covid-19. En el último partido disputado antes del confinamiento, la Juventus derrotó 2-0 al Inter y dio un golpe de autoridad futbolístico y anímico. El equipo de Sarri demostró que volvía a ser el más fuerte de Italia. Las dos nuevas derrotas sufridas en las visitas a Verona y Nápoles quedaron compensadas por los tropiezos de Inter, que comenzó a alejarse del Scudetto a base de empates. Hasta 10 sumó en las 36 jornadas disputadas.
A la vuelta del confinamiento, la Juve perdió su segundo título de la temporada, la final de Copa de Italia contra el Nápoles (1-0) y las críticas contra la capacidad de Sarri subieron de tono. Fue ahí cuando emergió la mejor versión de Cristiano Ronaldo, que en los siguientes diez encuentros de Liga convirtió diez goles. En esta fase decisiva del campeonato, el portugués encontró en Paolo Dybala su mejor socio para convertirse en la pareja más determinante de la Serie A.
El Inter no se cansó de acumular errores y Lazio y Atalanta se presentaron como una alternativa tan animosa como débil. Una temporada más, que la Juventus lograra el título solo era una cuestión de tiempo. Cristiano decidió que fuera a dos jornadas del final.
Los desafíos que afrontan Cristiano y la Juventus en los que resta de temporada no son pequeños. El portugués aspira a ganar su quinta Bota de Oro, pero tiene un rival formidable, Ciro Immobile, que suma 34 goles, tres más que el portugués. A nivel colectivo, la Juve debe remontar en los octavos de la Liga de Campeones contra el Lyon, que se impuso en la ida por 1-0. Cristiano y la Juventus juntaron sus caminos para ganar la Champions, no para ganar Ligas.
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