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El poderoso Bayern Múnich vence al Lyon (0-3) y desafía al PSG de Neymar en la final de la Champions

Dos goles de Gnabry y uno de Lewandowski plasmaron la superioridad del equipo alemán

Olympique Lyon vs Bayern Munich
Serge Gnabry, autor de los dos goles del Bayern Múnich ante el LyonMiguel A. Lopes / POOLEFE

El Bayern se subió a la espalda de Gnabry para llegar a la final de la Liga de Campeones. Es el mejor equipo de la competición y sólo necesitó el brillo del internacional alemán para demostrarlo.

Gnabry marcó el primero cuando el partido se ponía más feo. Arrancó desde la derecha, su punto de partida, y fue recorriendo metros y arrastrando defensas hasta llegar al borde del área. Verse rodeado de siete jugadores del equipo francés no le impidió sacar un zurdazo al que Lopes no pudo llegar. Cambió el partido ese gol y demostró que Gnabry es un elemento fundamental en el campeón alemán. El segundo no quería meterlo, pero tuvo que empujarlo a la portería. Arrancó otra vez desde su lado, cedió la pelota a Perisic, que la puso en el área para un remate claro de Lewandowski. Pero el remate del polaco con el muslo fue insuficiente para superar a Lopes. Gnabry marcó en el rechace el gol que correspondía a Lewandowski, que no está acertado en esta fase final de la Liga de Campeones.

Lewandowski encontró el gol al final en un centro de Kimmich, en una falta desde la derecha que remató con un cabezazo espectacular. Pero el partido lo había decidido Gnabry, a pesar de que la defensa del Bayern generaba dudas. El Lyon puede pensar qué hubiera pasado si Memphis hubiera acertado en la primera ocasión del partido, un contraataque después de un error de Thiago que le dejó mano a mano con Neuer. Eligió el regate, perdió ángulo y el disparo se fue contra el lateral de la red.

Se puede preguntar también el equipo francés qué hubiera pasado si el disparo de Toko Ekambi hubiera sido un poco más precioso y no se hubiera pegado contra el poste. El Lyon aprovechaba las debilidades de la defensa del Bayern, sus jugadores llegaban en bandada sin que el centro del campo del campeón alemán pudiera contenerlos para ahorrar trabajo a sus compañeros del fondo. Pero las respuestas sólo las tiene el Bayern, al que no afectó la resaca después de la goleada al Barcelona. Jugó con los mismos, pero contra un rival diferente, que en lugar de estatuas utiliza jugadores de un gran desgaste físico. Pero encontraba en los costados de los laterales el lugar para atacarlos. A veces sólo necesitaba dos toques para plantarse delante de Lopes. Como hizo Perisic al recibir un pase adelantado del lateral izquierdo Alphonso Davies, aunque su remate lo detuvo el guardameta del Lyon. El mérito de Davies es que ese pase llegaba después de una carrera con Ekambi para robarle la pelota cuando se dirigía hacia la portería de Neuer.

Controló el Bayern la segunda parte del partido sin apuros de verdad. Siempre hubo dos goles de diferencia, que terminaron siendo tres. Neymar, Mbappé y el PSG le esperan en la final de la Champions.