Tenis
Nadal vence a Gerasimov y se adapta al nuevo Roland Garros en su estreno en París
Superó la primera ronda por 6-4, 6-4 y 6-2 y lidió por primera vez con las condiciones extraordinarias del torneo este 2020
Si jugamos a reflejar en emojis lo que siente Rafa Nadal en este Roland Garros habría que ir directamente al de la cara con la ceja levantada, gesto habitual del zurdo en la sala de prensa cuando contesta sobre algún asunto delicado; y al rojo del cabreo, incendiado por las condiciones: frío, humedad, bolas nuevas y duras como piedras, poco público... Cuando normalmente en París se da lo ideal para que su tenis vuele. Pero también se podría buscar el emoji que refleje la disposición del balear, y entonces hay que mirar directamente al brazo con el bíceps, pura actitud y carácter pase lo que pase y sea como sea. Así ha sido educado el ganador de doce Copas de los Mosqueteros, que persigue la decimotercera. Está claro que el Grand Slam sobre tierra batida es este 2020 más raro que nunca, como casi todo, en realidad. Pero también es verdad que el arranque de Nadal en la pista Philippe Chatrier, su escenario fetiche, fue similar al de otras veces. Venció al bielorruso Gerasimov por 6-4, 6-4 y 6-2. Un buen arranque sin que todavía se viera la mejor versión del rey de la tierra batida, con algunos altibajos.
En esta primera ronda ha pasado históricamente alguna dificultad, como disputar un tie break, perder un set e incluso un encuentro que llegó al quinto parcial contra Isner en 2011... Y ese año también acabó ganando el torneo. Suele ir de menos a más el español en la capital de Francia y el duelo contra Gerasimov fue perfecto para coger ritmo y acumular minutos de competición, algo que le falta, pues sólo ha disputado tres partidos desde marzo, por el parón por el coronavirus. Regresó en Roma, pasó dos rondas y perdió con Schwartzman en cuartos. Necesita más horas en pista. Cuantos más partidos gane, más peligroso será el zurdo.
Otras cosas que tampoco cambiaron respecto a lo habitual: Rafa se va al final de la pista par restar, por mucho que esta bola brinque menos. Y por mucho que esta bola brinque menos, la derecha de Rafa sigue siendo dominadora. Quizá le cueste más que otras veces, pero contra el bielorruso llevó la iniciativa de los puntos casi siempre, salvo cuando el gigante de 196 metros metía un buen primer saque. La contra a los problemas que puede tener Nadal en estas circunstancias es que los rivales también van a encontrar dificultades en desbordar a un jugador que ya de por sí es uno de los mejores defensores de la historia de este deporte. Le pega duro Gerasimov, pero tampoco tuvo demasiados apuros Rafa, que físicamente está intacto, ágil de piernas, aspecto fundamental para poder llegar cómodo, apoyarse bien y lanzar sus tiros endiablados. Sufrió un juego en blanco en el primer servicio de su rival, pero era cuestión de tiempo y rápidamente logró la ruptura que le hizo ponerse por delante (2-3) y poder jugar más cómodo. Se repitió lo mismo en el segundo parcial, donde el manacorense incluso elevó el nivel y tuvo ratos de brillantez en los que mareó a su oponente haciéndolo correr de un lado a otro. Está demostrado también que la dejada, que ya es letal habitualmente en las pistas de tierra, puede multiplicar su eficacia al quedar la pelota más muerta de lo habitual.
Incluso se vivió el típico momento en el que el favorito se relaja un poco y se ve por debajo, como en el 0-2 del comienzo del tercer set que Nadal solventó metiendo una velocidad más para recuperar en un momento la ruptura. Todo lo que sucede en la pista lo procesa Rafa para cuando vengan más complicadas, porque también hay que decir que Gerasimov apenas tenía en su palmarés 10 partidos sobre tierra batida en la élite, con seis triunfos y cuatro derrotas. Ya son seis y cinco.
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