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El secreto de Adama Traoré, nada de pesas y seis horas de trabajo diario

“Si soy el mismo que ayer, es un día perdido”, reconoce Adama, que ha elegido jugar con España a pesar de la llamada de Malí, el país del que llegaron sus padres a Hospitalet

Adama Traoré, en su debut con España contra Portugal
Adama Traoré, en su debut con España contra PortugalMÁRIO CRUZEFE

«Si soy el mismo que ayer, es un día perdido», dice Adama Traoré. El nuevo internacional español es un futbolista preocupado por mejorar día a día, física y futbolísticamente. Eso es lo que le ha llevado a la selección después de unos años en que parecía haberse salido del camino del fútbol de primerísimo nivel. En Inglaterra y en el Wolverhampton ha encontrado su lugar.

Adama posee un físico espectacular, que llama la atención. Se le nota cada músculo, pero asegura que no es gracias al trabajo con las pesas. «Detrás de mi físico hay trabajo preventivo y para mejorar. Pesas no hago porque mi genética me hace ganar volumen muy rápido. Trabajo fuera de los terrenos de juego para mejorar físicamente y estar en las mejores condiciones para competir», asegura. Y ese trabajo va más allá de los entrenamientos con su equipo. Su jornada laboral es de seis horas o seis y media, reconoce.

Pero no es su físico lo que ha provocado la llamada del seleccionador. «Eso es Adama. Cualquiera que lo haya visto en los Wolves sabe que es un jugador que desborda», decía Luis Enrique después del debut de Traoré con España ante Portugal. Le ha costado, pero fin se ha estrenado con la Roja y el técnico ya tiene al futbolista diferente que necesitaba. «Cuando ha entrado en el campo hemos cambiado un poco la idea que teníamos de movilidad para generar más situaciones de pase a Adama y que se pudiera jugar sus unos contra unos. Es un especialista. Con Adama no será uno contra uno, será uno contra dos o contra tres porque el rival tiene que protegerse y da igual, él va a ser capaz de sacar centros y de generar situaciones de superioridad», añadía el seleccionador.

«Lo que me pide Luis Enrique es que dé el máximo, que demuestre mis cualidades y plasme en el campo lo que busca tácticamente. Desde ahora cuando me necesite estaré al cien por cien en el campo», asegura el jugador.

El nuevo internacional español es un futbolista veloz, aunque nunca ha medido su capacidad como atleta en los cien metros. «Nunca me han hecho la prueba de los cien metros. Me gustaría hacerlo algún día, pero con el gps ya me dicen ''estás corriendo a alta velocidad''. Cada vez que intento competir en el terreno de juego los preparadores físicos me dicen la velocidad a la que me he movido en el campo y les sorprende», asegura. «Es parte de mí, es parte de mi juego e intento aprovecharme de ello».

Para que los rivales no le paren se unta con aceite corporal. «Pensaba que era un secreto», dice, «pero ya lo sabe todo el mundo». «Lo uso por lesiones que he tenido en el hombro y por las faltas que me hacen para intentar agarrarme. Hace que no puedan agarrarme y me sirve para evitar lesiones», confiesa.

A Traoré, al que Luis Enrique se llevó a una pretemporada cuando era entrenador del Barcelona y el futbolista pertenecía al filial azulgrana, le ha costado tres convocatorias estrenarse con la Roja, pero siempre ha sentido la confianza del seleccionador. Igual que antes la de Robert Moreno, el primero en contar con él para la selección. «Tanto Robert Moreno como Luis Enrique han confiado en mí, estoy agradecido. También al médico. Han insistido en que venga para demostrar lo que tengo y poner mi granito de arena. Ha habido muchos problemas y ellos han insistido», añade.

Una lesión le impidió debutar con Robert Moreno y un positivo por Covid le hizo regresar a casa en la anterior convocatoria de Luis Enrique. Tanto infortunio hizo que Malí, el país del que llegaron sus padres a Hospitalet le convocara para un par de amistosos esta semana. Pero Adama no tenía dudas y reconoce que nunca ha hablado con Frédéric Kanouté de la posibilidad de jugar en Malí.

«No hablé con él. Lo conocí cuando era muy pequeño, una vez que fui a ver a los jugadores de Malí a una concentración. Es una persona muy amable, pero no he hablado con él para jugar en la selección», reconoce. Su sitio está en España y siempre dispuesto a mejorar. «Ésa es la mentalidad», dice.