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Gran Premio de Aragón de MotoGP: Gana Rins, segundo Álex Márquez y Mir, tercero y nuevo líder

Festival español en Motorland, en la décima cita de la temporada 2020

Álex Márquez, Álex Rins y Joan Mir, en el podio de Aragón, que fue cien por cien español en MotoGP
Álex Márquez, Álex Rins y Joan Mir, en el podio de Aragón, que fue cien por cien español en MotoGPJose BretonAP

Joan Mir tenía cara de funeral el día que se puso por primera vez en su vida como líder del Mundial de MotoGP. Buenísima señal sobre su carácter competitivo, porque lo del campeonato es más a largo plazo y lo que él quería ayer era ganar la carrera, estrenarse en la categoría reina. Tiene 23 años y se le ha puesto a favor ser el sucesor de Marc Márquez en este 2020 del confinamiento, pero su cabeza le daba vueltas a los problemas en el tren delantero que le apartaron de un triunfo que veía posible. Son cinco podios en diez citas los que acumula el piloto de Suzuki, que todavía no quiere ponerse en «modo Mundial».

«Ser líder está bien, pero hay que serlo en la última carrera. Hay que tener los pies en el suelo y seguir como lo estamos haciendo. Estoy contento, pero al ver la victoria tan cerca me siento un poco decepcionado», confesaba. Y eso que desde Kenny Roberts en 2000 no había un piloto de Suzuki en lo alto de la tabla. Casi nada.

En el segundo escalón del podio se subió, por segundo fin de semana consecutivo, Álex Márquez al que no le dan las manos para tapar tantas bocas. Le acusaron de subir a MotoGP con el Repsol Honda por ser el «hermano de» y resulta que ahora las cosas se están dando la vuelta, como el propio Marc se encargó de recordar en Twitter. «¡Hola a todos! Soy el hermano de Álex Márquez», escribía nada más terminar la carrera de Aragón. El mayor de la familia es rápido en la pista y también fuera de ella, por eso no tardó mucho en pasar una irónica factura a los que hablaban de enchufismo.

Álex se subió al podio en la pista mojada de Le Mans, pero quería lo mismo en seco para confirmar que ha llegado para quedarse. No necesitó más de siete días para certificar que también sabe llevar la Honda, aunque el estilo sea diferente. «Soy más alto y más fino, cuido mejor el neumático en algunos puntos. Lo importante es que he podido ser yo, he sido Álex», se felicitaba. «Nunca dudé de que merecía el sitio de Lorenzo. Sé de donde vengo, pero había que demostrar este año por qué estaba aquí. He intentado ser lo más profesional posible e ir paso a paso, suave suavecito», añadía tirando de canción del verano.

Marc sufrió desde el salón de su casa, donde por la noche hubo una banquete de celebración. «En unas horas estoy allí y habrá cena de las buenas. Le toca cocinar a Marc, aunque no confío mucho en él», bromeaba el que va camino de ser el mejor «rookie» de 2020. El otro mensaje que le llegó de redes sociales fue de los que también gustan, porque Lorenzo, que no pudo poner tan arriba esa misma moto, le reconocía el mérito.

La fiesta española que suele ser siempre Motorland Aragón la encabezó Álex Rins, que se convirtió en el octavo ganador distinto de la temporada. Su pilotaje recuerda al de Lorenzo, con esa suavidad que Jorge definió como untar mantequilla. Después de una lesión en el hombro que le arruinó la primera parte del curso, tuvo alguna caída cuando estaba en cabeza o muy cerca y necesitaba algo así para quitarse peso de la mochila. Siempre tímido y poco hablador, como mejor se le entiende es sobre la moto. Es el mayor del podio de Aragón con 25 años, si es que se puede ser mayor a esa edad.