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Ojo al horario del Real Madrid-Shakhtar de Champions

El equipo de Zidane se estrena en Europa tras el fiasco del Cádiz

Zinedine Zidane, con Varane y Casemiro
Zinedine Zidane, con Varane y CasemiroAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

El partido a partido es una frase que se repite en el mundo del fútbol como si su simplicidad escondiese un profundo secreto dentro. Pero no, lo cierto es que es que es una sentencia simple. Con ella los entrenadores quieren dar a entender que sólo se fijan en el encuentro siguiente sin mirar más allá. Y los periodistas y aficionados hacemos como que los creemos. Por ejemplo, Zidane piensa en el encuentro del Shakhtar Donetsk de esta tarde (18:55 h, Movistar), por supuesto, pero también tiene un ojo en el choque del sábado contra el Barcelona de LaLiga. Después de caer contra el Cádiz, sabe qie el estreno de hoy en la Champions le tiene que servir para mirar de otra manera el choque del sábado en el Camp Nou. Necesita optimismo el conjunto blanco, necesita pensar que le da para competir en todos lados.

Quiere Zidane que lo del Cádiz quede como un error, un anécdota o, si es posible, como un punto de inflexión en la trayectoria del equipo. «Aquí estamos todos en el mismo barco y las críticas nos hacen más fuertes a todos. Sabiendo la situación y dónde estamos, hay críticas y más después del partido del otro día, pero lo único que podemos y debemos hacer es volver al trabajo», explicó ayer cuando le preguntaron directamente por dos futbolistas que más marcados están desde hace tiempo: Isco y Marcelo. Pero, a diferencia de otros entrenadores, no quiere señalar. Sabe que cualquier recuperación pasa por hacerla todos juntos y no ir buscando culpables dentro del grupo: «Lo bueno es que hay un partido cada tres días. Nos merecemos las críticas del otro día, yo el primero porque al final soy el responsable. Los jugadores luchan y lo intentan, y a veces no salen las cosas», continuó el técnico francés.

Isco y Marcelo son los jugadores que parecen más lejos de su mejor momento. La duda es si eso es algo temporal y, por tanto, reparable o si el algo más profundo, una tendencia que viene ya de temporadas pasadas. Tampoco Zidane tuvo su mejor día el pasado fin de semana, con una alineación extraña y unos cambios que fueron desdibujando al equipo o dibujándolo de maneras tan distintas que acabó por perder cualquier sentido.

Muchos han querido ver en Cádiz la derrota de Mallorca del curso pasado. Sirvió como especie de revulsivo. «En los dos partidos perdimos tres puntos, es la realidad. No voy a entrar en detalles. Sabemos lo que queremos y no va a cambiar lo que hicimos después de Mallorca el año pasado», explicó el técnico. Aunque sí hubo futbolistas que después de ese encuentro ya no fueron mirados de igual manera por el entrenador. «Nosotros queremos jugar bien y ganar, y nos preparamos para eso. A veces hay partidos en los que no te sale eso. Tenemos un partido mañana y no sé qué va a pasar en la temporada, pero vamos a luchar, pelear e intentar hacer las cosas bien para que nuestra gente esté orgullosa. De vez en cuando puede ser difícil, como en el partido del otro día», insistió Zizou.

Sin Sergio Ramos, sin Hazard ni Carvajal, el Real Madrid se estrena en una competición de la que es el rey, pero de la que los últimos años se ha despedido con un sabor amargo y con la sensación de que el fútbol está moviéndose y que hay que subirse a ese tren antes de que se escape de manera definitiva: «El fútbol ha cambiado físicamente, hay una intensidad alta hoy en día. Para jugar con alta intensidad hay que entrenar bien y soy partidario de eso, de ir a por el partido y presionar arriba», confirmaba ayer Zidane. Por eso, en la charla después del choque contra el Cádiz, reprochó a sus futbolistas que les faltase intensidad. Si de algo pudo presumir el equipo blanco tras el confinamiento fue de su capacidad para mantenerse concentrado todo el partido y manejar resultados cortos.

«Sabemos que podemos meter en dificultad a cualquier equipo presionando arriba. También se puede jugar más atrás o esperar, que es otro pensamiento, pero no es el mío», continuó el entrenador. Ahora necesita pruebas.