Vuelta a España
Vuelta a España. Roglic gana el duelo con Carapaz
Roglic se impone en la meta de Moncalvillo, pero el ecuatoriano mantiene el maillot rojo
La Vuelta llega tarde en el calendario, pero a tiempo en las piernas de los ciclistas, como demuestran Primoz Roglic y Richard Carapaz. Convirtieron los últimos kilómetros en un ring de boxeo, donde se devolvían los golpes sin tiempo a descansar. Tuvo más piernas Roglic, empeñado en demostrar que el tiempo perdido en Formigal fue sólo culpa de un despiste, un enredo con el chubasquero que sus rivales aprovecharon para atacar.
Roglic sabe aguantar los golpes. No se hundió después de perder el Tour de una manera dolorosa y tampoco lo ha hecho después de entregar el maillot rojo a Carapaz. La Vuelta parece ya sólo un asunto personal entre ellos. Sin intermediarios. Cuando ataca uno, responde el otro y entre los dos generan un grandísimo espectáculo ciclista.
«Me ha aparecido la oportunidad y la he aprovechado. Aunque el puerto era más duro de lo que había esperado», confesaba Roglic tras la etapa. Una subida nueva, sorprendente, como le gusta a Javier Guillén, el director general de la carrera. Y que deja lo más duro para el final, tramos del 14 por ciento después de subir por pendientes que se acercan al diez por ciento de desnivel. «Hemos visto que Roglic está muy fuerte y que la carrera está muy abierta», reconoce Carapaz.
Los dos compiten casi sin red. Roglic perdió antes de la etapa a Tom Dumoulin, agotado, incapaz de seguir el ritmo de los mejores en esta Vuelta, Un ritmo infernal que apenas deja espacio para los secundarios. A Roglic, al menos, le queda Kuss, el hombre que lo acompaña hasta el último tramo y que sólo tuvo un día malo en Formigal. Carapaz sólo puede confiar en Andrey Amador. Compañeros en Movistar durante años han hecho juntos la mudanza hacia el Ineos. El costarricense es el hombre que le protege del viento, pero Carapaz echa de menos alguien que le pueda acompañar hasta el terreno decisivo del último puerto.
Compañeros le sobran a Enric Mas. Movistar ha cambiado de estrategia. Después de años de vivir a la espera, de no arriesgar para no perder, el equipo navarro se ha decidido a atacar. Eso proponía Enric Mas antes de comenzar la carrera. Y eso hizo su equipo, que endureció la carrera mucho antes de empezar el puerto decisivo de Moncalvillo.
Allí llegó con Nelson Oliveira al mando del pelotón, sustituido después por Carlos Verona. A falta de seis kilómetros estaba Mas acompañado por Valverde y Soler. Tres posibilidades de mover la carrera con la esperanza de que Enric diera un golpe a la general.
Atacó Valverde, pero lo atraparon. Tampoco pudo Marc Soler, al que le faltaron fuerzas antes de que le llegara su oportunidad. Enric Mas no pudo completar el trabajo de sus compañeros. Le fallaron las piernas cuando empezaron los ataques entre los mejores. Mantiene su posición de privilegio, cerca del podio, pero perdió 54 segundos con Roglic y ya está a 1:54 de Carapaz en la general. Ni siquiera pudo intentarlo Enric.
Sí probó Vlasov, mientras se vigilaban los favoritos. Pero la ambición de Carapaz y Roglic puede con todo.
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