Real Madrid
El día que un presidente del Real Madrid tomó los hábitos como dominico
Hoy se cumplen 60 años del ingreso en la orden religiosa de Rafael Sánchez-Guerra. Su presidencia fue breve pero logró algo vital para el club blanco: salvar el Viejo Chamartín
Su etapa al frente del Real Madrid fue breve pero fructífera. Ocupó la presidencia de la casa blanca desde el 31 de mayo de 1935 hasta la Guerra Civil, concretamente hasta el 4 de agosto de 1936, cuando el club fue incautado por las milicias. Durante su año de mandato, Rafael Sánchez-Guerra llevó a cabo una gran gestión del club tanto económica como deportiva. Conseguir un domicilio social de acuerdo a la categoría del club, reforzar la plantilla y construir un nuevo estadio fueron sus principales retos. Pero el inicio de la Guerra Civil le impidió llevar a cabo el último objetivo.
Según cuenta la web del Real Madrid, fue un apasionado del fútbol desde su niñez. Concretamente, desde que ingresó en el Colegio del Pilar de Madrid, cuna de jugadores como Muñagorri o René Petit. Hizo gran amistad con ellos, con los que posteriormente coincidió en las categorías inferiores del Real Madrid. El madrileño siguió los pasos de su padre, el político José Sánchez-Guerra, y ocupó puestos de relevancia durante la II República. Pero su pasión por el fútbol le llevó el 31 de mayo de 1935 a la presidencia blanca, tras ser votado por una amplia mayoría en las elecciones. Futbolistas de la talla de Lecue, Kellemen y Alberty aterrizaron esa temporada en el conjunto madridista y formaron parte de la conquista de la Copa de España ante el Barcelona. Ricardo Zamora fue otro de los protagonistas de dicho éxito al evitar un gol cantado. Este título fue el broche de oro que puso fin a su breve etapa en la presidencia del Real Madrid.
La llegada de Sánchez-Guerra supuso un profundo cambio para el Madrid. A la vez que dirigía el club mantenía su actividad política. Compaginó su vida deportiva con ser la mano derecha del presidente de la República, Niceto Alcalá- Zamora, hasta que este fue derrotado por Manuel Azaña en la votación del 7 de abril de 1936. Y mantuvo su cargo de concejal madrileño hasta dos días (28-3-1939) antes de la entrada de Franco en Madrid .
Cuando los nacionales tomaron Madrid, ya en 1939, fue detenido y encarcelado. Salió a los 26 meses por la influencia de su primo, Antonio Barroso, importante militar de la época y se marchó exiliado a París. Enviudó en 1959 y, de acuerdo con la promesa que le había hecho a su mujer, decidió entrar en la orden de los Dominicos.Regresó a España y el 5 de noviembre de 1960 tomó el hábito en presencia de su familia. Cuentan que la pasión por el fútbol le acompañó durante su vida en el convento, donde organizaba y arbitraba partidos entre los monjes.
Salvar el viejo Chamartín
Las crónicas de la época recuerdan que su mayor logro como presidente blanco fue sin duda salvar Chamartín. El 17 de mayo de 1924, el Real Madrid inauguró su estadio contra el campeón de Inglaterra, el Newcastle F.C. al que ganó por 3-2. La expansión del club parecía segura y en 1927 compraron definitivamente el terreno por 642.000 pesetas. Nada hacía pensar que los planes de la II República fueran a poner en peligro la inversión pero cuando fue aprobado el plan urbanístico para la Castellana a la directiva presidida por Luis Usera se le vino el mundo encima. Removieron Roma con Santiago para encontrar una solución y apareció el hombre providencial.
Rafael Sánchez-Guerra y Sainz, socio desde el año 1912, desempeñaba el cargo de Secretario General de la Presidencia de la República. Frente al proyecto ministerial que expropiaría al Madrid su campo, existía otro elaborado en 1932 por los arquitectos municipales que salvaba el campo pero había sido rechazado. Sánchez-Guerra consiguió que se revocase la decisión primera y se adoptase la segunda. Chamartín estaba salvado.
Una visita histórica
Otra anécdota que quedó recogida en los diarios de la época fue la histórica visita del Real Madrid, con Santiago Bernabéu a la cabeza, al Seminario de Dominicos de Villava, a tres kilómetros de Pamplona. ¿Qué hacía la plantilla blanca en aquel convento? El 3 de abril de 1963, el Madrid visitaba a Osasuna, a tres jornadas del final. Partido sin trascendencia para el Madrid, que se había proclamado campeón dos jornadas antes. El mismo sábado la plantilla realizaba una vistita al Seminario con el fin de visitar al que fue su presidente Rafael Sánchez-Guerra. Fue toda una revolución cuando aparecieron de repente los Puskas, Gento, Amancio, Santamaría o Zoco que -según cuentan las crónicas- hasta pelotearon con los seminaristas.
Fallecería un año después, el 2 de abril de 1964.
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