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Países Bajos - España (1-1): La Roja se queda a medias

España domina la primera parte, pero se diluye en la segunda. Luis Enrique aprovecha para sumar jugadores a la causa

Georginio Wijnaldum con Holanda.
Georginio Wijnaldum con Holanda.DEAN MOUHTAROPOULOSPool via REUTERS

Hay problemas que España tampoco soluciona en los amistosos. El gol huye de la Roja en los últimos encuentros y ni siquiera la presencia de dos delanteros, como Morata y Gerard Moreno sirvió para aumentar la puntería. España tiene la pelota, domina, pero le cuesta afinar el remate.

Era un partido para probar, un amistoso antes de los dos oficiales de la Liga de Naciones. Y Luis Enrique sabe que tiene pocas oportunidades para ensayar, para ver futbolistas que pueda sumar a la causa. Y para eso utilizó el encuentro. Había muchas novedades en la alineación. Debutaba Unai Simón en la portería y recuperó el seleccionador a varios futbolistas que hacía tiempo que no vestían la camiseta de la selección: Bellerín, Koke, Asensio y Morata.

Unai Simón se mostró seguro cuando tuvo que usar las manos, pero corrió demasiados riesgos con los pies. Le entregó dos balones a Rodri dentro del área a los que sólo la habilidad del centrocampista del City consiguió dar sentido con un toque para liberarse de la presión que sentía a su espalda.

La insistencia de Unai en jugar con el pie y sacar la pelota desde atrás es sólo una muestra de que la idea de Luis Enrique cala en las cabezas de sus futbolistas. Para eso tiene que haber jugadores con criterio y a Rodri lo acompañaban Koke y Canales.

El capitán del Atlético ejerció también de capitán de la selección y parecía que no había pasado el tiempo. Como si no llevara dos años sin aparecer por las convocatorias de la Roja. Siempre daba una salida, un apoyo para el juego de sus compañeros y la entregaba con criterio. Sólo le faltó el gol después de un gran pase de Gerard Moreno, pero la pelota se le quedó botando y el remate, muy forzado, se le marchó por encima del larguero.

Koke guardaba más el sitio y Canales se animaba más a llegar. En una de esas llegadas consiguió el gol de España después de un pase de Morata a la espalda de la defensa. No había mucha tensión defensiva en la selección neerlandesa, pero al jugador del Betis tampoco se le alteró el pulso para rematar.

Morata estuvo en el origen del gol y, aunque no marcó, demostró por qué Luis Enrique ha vuelto a contar con él. Se mueve por el ataque con una seguridad que le faltaba antes y siempre da la sensación de que sabe lo que tiene que hacer. Como Gerard Moreno, demasiado exigido como extremo derecho, aunque conseguía darle sentido a su juego.

España funcionaba mejor por delante que por detrás. Perdió a Gayá pronto, en la primera mitad, por un cabezazo contra Hateboer. El cambio fue inmediato, tenía una herida que necesitaba sutura. Lo sustituyó Reguilón, que no estuvo demasiado atento en el gol neerlandés. Asensio, que no parecía muy participativo en ataque, tampoco se esforzó en defensa para perseguir la llegada de Van de Beek en el gol. Fallaron casi todos los defensas, los centrales vieron pasar la pelota por delante de ellos y el ex jugador del Ajax remató el empate.

España sufrió más en la segunda mitad. Ganó el partido que tenía que ganar contra los Países Bajos en la final del Mundial de Sudáfrica y desde entonces no ha podido con ellos. Da igual amistosos que oficiales, que pase por encima de la Roja o que la selección domine el partido. Había perdido ya en un amistoso y en el doloroso debut en el Mundial de Brasil.

Al menos España conservó el empate a pesar de que la entrada de Dumfries y Stengs por la derecha le hizo sufrir en la segunda mitad. Pero Luis Enrique quería seguir viendo futbolistas. Hizo debutar a Marcos Llorente, que se convierte en el tercero de la familia, tras su abuelo, Grosso, y su padre, Paco en vestir la camiseta de la Roja.

En los últimos instantes dio entrada a Sergio Ramos. El capitán quiere seguir sumando encuentros internacionales en la búsqueda del récord mundial. Le quedan ocho.