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La pionera que se vendó los pechos para ser futbolista
Hoy el futbol femenino está en alza pero para otras no fue tan fácil. Esta la historia de Nita Carmona, hombre en el campo y mujer en la calle
El Futbol femenino avanza a pasos agigantados en España y cada vez son más las mujeres dispuestas a poner fin a ese mantra machista que establece que el deporte rey es solo para hombres. La Liga Iberdrola cada vez tienen más adeptos y equipos como Atlético o Barcelona han logrado récord de asistencia. Ese auge del fútbol femenino español ha provocado que numerosas jugadoras extranjeras aterricen en la competición, incluida estrellas como Lieke Martens (FC Barcelona), galardonada con el The Best en 2017. Pero hay más... El Consejo Superior de deportes ya ha anunciado que la temporada 2021-22, la Liga Femenina será profesional, estatus que hasta ahora solo poseían la Primera y Segunda División del fútbol masculino.
Todo esto suena realmente bien, pero en otros tiempo no lo tuvieron tan fácil. Las mujeres que querían jugar eran bichos raros. Marimachos. Víctimas de una sociedad retrógrada y Repleta de prejuicios. “Nita” Carmona fue una de esas pioneras cuyo único deseo era jugar al fútbol. Su pasión le llevó a convertirse en un hombre en el campo y una mujer en la calle, pero no le importó.
Jesús Hurtado, periodista deportivo en Málaga y coleccionista de artículos deportivos, se topó con la historia de Nita casi por casualidad cuando se puso a escribir la historia del Vélez Club de Fútbol. En los años 20 muchos de los jugadores figuraba solo con un mote y había un futbolista al que siempre se referían como ‘Veleta’ y del que solo decían que era excepcional.
Y así se descubre la historia de esta pionera del fútbol español. ‘Veleta’ era que el apodo que sus compañeros de equipo pusieron a Ana Carmona Ruiz, conocida desde niña como Nita, «porque para jugar se transformaba en hombre». Malagueña y de familia humilde, fue seguramente la primera jugadora de la historia de España que consiguió cumplir su sueño. Aunque fuera con engaños.
En esos tiempos estaba terminantemente prohibido que las mujeres jugaran al fútbol, ya solo ponerse un pantalón corto era una temeridad, y para poder salir al campo sin que nadie se percatara de su condición Nita se cortó el pelo y se vendaba el pecho con unas cintas de algodón para ocultar su feminidad. Con calzones largos, medias altas y camisetas holgadas resultaba imposible distinguir sus curvas. Entraba al campo como mujer, saltaba al césped como hombre y luego salía otra vez como mujer. Cambiaba como una veleta, de ahí el apodo. De hecho su única foto de futbolista como mujer se la realizó aprovechando un carnaval, en lo que fue otra de sus tácticas para regatear al machismo.
Ana Carmona, conocida como Nita, nació en 1908 y se crio en el barrio malagueño de Capuchinos. Su padre era estibador de ahí que viviera el fúbol desde niña cuando observaba los partidillos que disputaban los marineros ingleses que llegaban al puerto de Málaga.
Nita jugaba de joven en los partidos que se disputaban en la explanada cercana al cuartel de Artillería. Años más tarde, ese territorio pasaría a ser el campo de las Escuelas Salesianas. Ése fue su enlace para empezar a infiltrarse en el Sporting de Málaga. Su padrino fue el párroco Francisco Míguez Fernández, un gallego que fue beatificado por el papa Benedicto XVI y que creía en el lema salesiano que decía que “el deporte fortalecía el cuerpo y que el espíritu se entrenaba en el estadio de la Santa Misión”.
Su primer equipo
Para poder entrar al Club, Ana Carmona -que se subía a los árboles siempre que podía para ver los partidos- comenzó a trabajar como ayudante de masajista y se encargaba de lavar la equipación. Sin embargo, su empeño era tal que acabó ingeniándoselas para jugar algunos de los partidos de los que se jugaban en casa con el equipo. Eso sí, cambiando su aspecto y transformándose en hombre por unas horas. De no ser así, los árbitros hubieran podido anular el partido y penalizar tanto a ella como al equipo, además de llamar a las autoridades. Así empezó a dar sus primeras patadas al balón en partidos oficiales con la complicidad de sus compañeros, que siempre le guardaron el secreto.
Tras varias denuncias, la jugadora fue castigada por “alteración del orden público”: le raparon el pelo y fue encarcelada. También sufrió arresto domiciliario. Su familia quedó marcada por el estigma en el pueblo y la trasladaron a Vélez-Málaga, donde también tenía familiares. A pesar de todo, no se separó de la pelota y el equipo de Vélez-Málaga la acogió con los brazos abiertos.
Falleció joven, recién cumplidos los 32 años y nadie pudo evitar que fuera enterrada con con las camisetas del Sporting de Málaga y del Vélez FC en presencia de muchos jugadores y compañeros que compartieron con ella partidos y alineaciones prohibidas.
Apuntes del fútbol Femenino en España
- Recientes estudios sitúan el origen del fútbol femenino en España en la primavera de 1914 con el establecimiento del primer club en Barcelona, el Spanish Girl´s Club. Ese equipo se vio abocado a la desaparición debido al poco apoyo y comprensión recibido por parte de aficionados y medios. En el período estival de 1914 -y coincidiendo con estallido de la Primera Guerra Mundia- el Spanish Girl’s Club cesó sus actividades.
- Hubo de esperar varias décadas para asistir de nuevo a la fundación de equipos femeninos, producidas en los años 70 y casi en clandestinidad, y no fue hasta noviembre del año1980 cuando finalmente la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) reconoció al fútbol femenino.
- En 2021-2022, su liga será profesional, algo reservado aún hoy a las competiciones masculinas.
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