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Eibar-Real Madrid (1-3): El Madrid está listo para todo

Espectacular arranque del Real Madrid, que se adelantó con goles de Benzema y Modric. Reaccionaron los de Mendilibar y recortaron distancias con el tanto de Kike García. Al final marcó Lucas Vázquez

Benzema lanza a portería en el Eibar - Real Madrid
Benzema lanza a portería en el Eibar - Real MadridAlvaro BarrientosAP

D ice uno de los tópicos con los que nos apoyamos para no pensar que La Liga se empieza a ganar en campos como Ipurúa. Puede ser: está más claro que el campeonato se puede empezar a perder en encuentros así, con un rival incansable y agotador, que te pone al límite de la paciencia. Otros días, y no hace mucho de eso, el Real Madrid no hubiese plantado cara como lo hizo: jugó bien, muy bien; aguantó después y templó después en un largo partido, con muchas caras y a todas hizo frente el equipo de Zidane, hasta el agotamiento. Ganó una de esas batallas que te hacen pensar que estás listo para la guerra.

El Madrid estuvo cerca de resolver en uno de los mejores comienzos, sino el mejor, de la temporada. Se esperaba la presión agobiante y habitual del equipo local para marcar territorio y el tono del encuentro y lo que apareció fue un Madrid encantador, con los pies de Benzema y Modric bailando, con Rodrygo dejando toques de talento y con Lucas Vázquez muriendo en cada pelea, robando balones en el área rival, que ha aprendido a ser defensa y ahor lo aplica cuando juega de extremo. Fueron minutos excepcionales del equipo de Zidane, la confirmación de que ha encontrado el modo y los futbolistas. Ya no hace cambios el francés, que repite jugadores partido tras partido, como si las rotaciones fueran una cosa del pasado. No jugó Vinicius porque estaba lesionado y en su banda estuvo Rodrygo, que cada vez que toca el balón, da un toque de distinción.

El Madrid se desplegó con elegancia y barro y el Eibar no supo qué hacer. Benzema hizo el primero y después dio el segundo al dinámico Modric. Pudo marcar el tercero el francés en un remate a apenas un metro de la portería, pero se le marchó fuera. El Madrid salía con el balón jugado desde atrás, rápido y preciso y no había manera de pararlo.

No mató con ese remate Benzema y el partido cambio. Kike García llamó a la guerra a sus compañeros, se unió Bryan Gil por la banda y el Eibar cambió de fase. Dmitrovic ponía balones arriba y ahí los peleaba todos el delantero centro local. Varane se desgastó en esas guerrillas de saltos, empujones y cabezazos tan típicas de partidos como estos. Colgados de Kike García, el Eibar volvió al plan inicial y la presión ya sí que le salía. El Madrid bajó el ritmo, buscó más las contras y los balones largos, mientras que los de Mendilibar jugaban sin mirar el marcador, sin dejarse llevar por el desánimo.

No marcó de cabeza Kike García, que hubiese sido lo lógico, hizo un golazo tremendo, desde fuera del área, inalcanzable para Courtois. El tanto embraveció al Eibar, que no necesita mucho para creer. Ésa es su arma y no dejar nunca de presionar al rival. Modric se cansaba y todo el peso de juego del Madrid recayó en Kroos. Lo que era fácil y limpio antes, era un problema mundial ahora. El Madrid no sacaba la pelota con claridad y el rival parecía que no conocía el cansancio.

Pero sí lo conocía, claro. El paso de los minutos y la segunda parte hizo que los jugadores pagasen su esfuerzo. En el Madrid, donde los jugadores ya suman minutos consecutivos como antes no pasaba y también en el Eibar. El partido cambió las pulsaciones, lo que no significa que se jugase a un ritmo pausado, sólo menos rápido que antes.

Pudo resolver el Madrid antes, pudo empatar la garra del Eibar, pero fue al final Lucas Vázquez quien puso el final. Es la bandera de este Madrid: está prohibido cansarse.