Fútbol
El enigma de la Superliga que enfrenta a Tebas y a Florentino Pérez
El presidente de LaLiga insiste en la idea de que el proyecto de liga europea no verá la luz
“Florentino considera que LaLiga se convertirá en una liga entre semana, de segunda división”, asegura Javier Tebas en el programa “El Partidazo” de la cadena Cope, convencido de que el proyecto de Superliga europea no verá la luz. “El único apoyo que he visto a Florentino, fue de Bartomeu. No conozco otro club más que le apoye”, añade. “No va a haber Superliga. No es un proyecto en el que estén 20 clubes. Es un proyecto de cuatro o de dos y se encontraría con la oposición de las ligas, de la UEFA y de la FIFA”, concluye.
Las grandes ligas se enfrentan a los grandes clubes por culpa de la Superliga. «El fútbol necesita nuevas fórmulas que lo hagan más competitivo y emocionante», dijo Florentino Pérez en la Asamblea del Real Madrid. El presidente blanco está dispuesto a poner a su club en la vanguardia de estos nuevos desafíos que pasan por la creación de la Superliga. Un proyecto en el que estarían los grandes equipos del continente, pero que puede provocar dificultades a los campeonatos nacionales, a pesar del apoyo del presidente de la FIFA, Infantino.
Javier Tebas, el presidente de LaLiga, es uno de los mayores enemigos de la Superliga. Una idea por la que los clubes esperan recibir, en su opinión, demasiado dinero. «Son cantidades inalcanzables, no se pueden garantizar. Estaríamos hablando de 30.000 millones, no hay una entidad financiera que quiera financiar una competición porque estarían financiando una guerra con FIFA y UEFA, y es imposible sacar una competición nueva sin el consenso de estos organismos, porque se organizaría un jaleo tremendo. La Superliga es un proyecto perfecto para arruinarse, cargarse a los aficionados y enfrentarse con las autoridades del fútbol», asegura Tebas en una entrevista en «Goal».
Añade que en España hay cuarenta clubes que están en contra de la Superliga, una iniciativa que según el presidente de la patronal futbolística sólo apoyan Real Madrid y Barcelona.
El dilema, en el fondo, es si estos clubes abandonarían la competición nacional o la dejarían de lado por un proyecto en el que los transatlánticos europeos se cruzarían desde más temprano. Para Tebas es sólo una cuestión de dinero, en la que los clubes se juegan la seguridad de la que disponen ahora y el prestigio.
Si los mejores equipos de Europa deciden enfrentarse en una liga continental que devore a las nacionales hasta convertirlas en una especie de segunda división repartida por criterios geográficos, muchos de ellos estarían convirtiéndose a la vez en equipos pequeños.
En una liga continental sólo hay premio para uno, el ganador, más allá de la consolación económica. Las competiciones nacionales ofrecen la posibilidad de ganar títulos con menos competencia y de clasificaciones para los torneos superiores, los internacionales.
Todo eso se pierde en una Superliga, igual que se pierde la excepcionalidad de un enfrentamiento con los grandes de otro país. Algo que ya sucede con la Liga de Campeones.
La solución intermedia que adelantó la cadena Ser es la que puede abrir las puertas a una Superliga supervisada por la UEFA. Un torneo de 36 equipos que disputarían una liguilla asimétrica de diez partidos, que garantizaría ya enfrentamientos entre los grandes desde la primera fase. Los 16 primeros clasificados disputarían los octavos de final en busca del título.
La clave de esta solución es que se accedería a través de la clasificación en el torneo nacional, como hasta ahora. Eso garantizaría la supervivencia de los campeonatos locales y la implicación de los grandes en los torneos de sus respectivos países, porque tienen algo que ganar. Aunque los clubes pretenden que haya 15 fijos en la Superliga y con un formato más reducido.
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