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“La carrera contra la Stasi”, amor y ciclismo al otro lado del Telón de Acero

El libro, publicado por Libros de Ruta, cuenta la historia de Dieter Wiedemann, un ciclista que huyó de la RDA para correr el Tour y para reunirse con su novia en Alemania Occidental

La carrera contra la Stasi
La carrera contra la StasiLa Razón

Las cartas que se escribían Dieter Wiedemann y Sylvia Hermann podían ser las de cualquier pareja que vive su amor a distancia. Ellos no sólo vivían en países distintos sino en universos diferentes. Dieter era un prometedor cicista de la República Democrática Alemana (RDA). Sylvia, una adolescente que vivía al otro lado del muro, en la Alemania Occidental. Una historia de amor y muchas más cosas, un documento histórico narrado por el periodista británico Herbie Sykes en “La carrera contra la Stasi” (Libros de Ruta, 512 páginas). Un libro documentado con los testimonios de los protagonistas, pero también con los de otros miembros de la familia y antiguos compañeros de Dieter en la RDA. No faltan las cartas que se escribían Dieter y Sylvia y tampoco los informes de la Stasi sobre sus movimientos.

Fue una visita de Sylvia a sus familiares en Floha, la localidad natal de Dieter, la que los unió para siempre. Durante años vivieron su amor a través de cartas de ida y vuelta a ella la convirtieron en una rareza y a Dieter, en sospechoso.

A Dieter la política no le interesaba. El partido, menos. “Seguían repitiéndonos lo terrible que era el capitalismo, pero esto que vivíamos era lo opuesto al comunismo”, dice. Sólo quería montar en bici y estar con Sylvia. Su sueño era participar en la Carrera de la Paz y en el Tour de Francia. La política de la RDA le impedía participar en el Tour, pero el golpe llegó cuando se dio cuenta de que ni siquiera podía participar en el Mundial, la única oportunidad que los ciclistas del bloque del Este tenían de encontrarse con los ídolos del otro lado del Telón de Acero.

Cada movimiento de Dieter era supervisado por la Stasi, el servicio de inteligencia de la RDA. Por ser deportista y por tener relaciones con la Alemania Occidental. Las cartas debían ser suficientemente inocentes para no despertar las sospechas de la Stasi, que no pudo evitar la fuga de Dieter.

Wiedemann aprovechó una concentración preparatoria para los Juegos de Tokio en Alemania Occidental para desertar en 1964. Su vida cambió y por fin pudo participar en el Tour en 1967. Formó una familia con Sylvia, pero no pudo evitar que su familia del otro lado sufriera las consecuencias de su deserción.

Wiedemann y su esposa sufrieron las consecuencias del choque de dos realidades distintas, tuvieron que ir conociéndose y adaptándose. En la RDA, la familia de Dieter fue culpabilizada de su deserción y la carrera de su hermano Eberhard se vio cortada por su fuga.

En Alemania Oriental no se publicó la noticia de que Wiedemann corrió el Tour, en el que fue testigo de la agonía de Tom Simpson. Su carrera ciclista terminó pronto, pero nunca dejó atrás las consecuencias de su decisión.