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Real Madrid-Levante: 1-2. Un Madrid sin héroes

La expulsión de Militao en el minuto 7 marcó el resto del partido. Muchas decisiones polémicas del colegiado

Militao, expulsado en el Real Madrid-Levante de LaLiga
Militao, expulsado en el Real Madrid-Levante de LaLigaManu FernandezAgencia AP

Pasó de todo en el Real Madrid-Levante, menos que el conjunto de Zidane y Bettoni sumase siquiera un punto y, por tanto, empieza a pensar que esta Liga ya no va con él, y aún no ha terminado enero. No se puede luchar si no se mantiene la regularidad y eso es algo que no consiguen los jugadores blancos, por las lesiones, por los árbitros, por el viento o porque tiene una serie de jugadores que no dan para más y así es muy complicado hacer algo importante. Sufrió una expulsión, empezó ganando, le empataron, paró Courtois un penalti, pero en ningún momento encontró el modo de sobreponerse a la adversidad de jugar con uno menos. No va sobrado de nada este equipo: acabó con el canterano Arribas en la banda derecha y Mariano de delantero centro en vez de Benzema.

Todo se torció en el minuto 7, cuando Militao tiró a Sergio León. Fue la primera jugada polémica de un partido repleto de ellas. El dubitativo árbitro consideró que era amarilla, porque Varane estaba también en la jugada. En el VAR le hicieron replanteárselo, así que fue, lo vio en vídeo y salió con otra visión: expulsó al defensa brasileño. No tiene suerte Militao. Ha tenido un par de días buenos en el Real Madrid y poco más. No da seguridad, como si le embargase el miedo cada vez que le toca tomar una decisión. No cambió Bettoni nada porque no debió considerarlo Zidane. Ramos gritaba desde la grada, lesionado; Nacho lo vería confinado en casa, así que en vez de tirar de un central del filial, como era Chust, que estaba en el banquillo, puso a Casemiro junto a Varane y cuatro centrocampistas, con Benzema solo arriba. Así iba a jugar, pasase lo que pasase. Y por un momento fue bueno.

Con uno menos cambió todo el plan. Los entrenadores se pasan la semana preparando los partidos y luego el azar o, en este caso, las equivocaciones cambian los pensado y provocan un encuentro totalmente distinto a lo previsto. El Real Madrid se juntó atrás y el Levante tuvo que tomar el mando del partido, para lo que no estaba preparado. Se fue al ataque, casi obligado por su superioridad numérica y le pillaron en la primera contra: un pase delicioso de Kroos, que remató Asensio tras su carrera. El delantero no falló, porque ahora esta en esa fase: es el jugador más decisivo del Real Madrid cuando se acerca al área. Pero esta solo. Del trío de ataque fue lo mejor, porque Benzema no tuvo su día y Hazard tocó mucho la pelota, para nada interesante.

El gol hizo que el Madrid pensase que su plan era el correcto y más cuando Asensio tuvo otra en un buen desmarque, pero no fue a gol. Paco López se desgañitaba en la banda, con un enfado monumental: «Con uno menos», gritaba a los suyos, lamentando o resignándose. Ahora le tocaba tomar el balón y remontar. La suerte es que el Real Madrid no es, esta temporada, el mejor defendiendo. No puede, con uno menos, Casemiro retrasado y Odriozola en la derecha, pasarse más de 70 minutos intentando vivir de un tanto y cazar una contra. Quizá el año pasado; éste curso es imposible. Odriozola es el último jugador para Zidane, pero contra el Levante tenía que jugar sí o sí. Dudó muchas veces: una fue especialmente grave y empató Morales.

El partido podía ser ya cualquier cosa, pero el cansancio, en la segunda mitad, penalizó al Real Madrid. Era el día de las heroicidades, esas que tantas veces se han visto en este equipo.

Ahora no le llega para eso. El Levante se fue sintiendo mejor, con más aire y con ventaja numérica. Además de con un penalti que pudo darle el partido. Un penalti, en el que, otra vez, dudó el colegiado. Lo pitó fuera y el VAR le dijo que lo metiese dentro. En la grada, los jugadores de baja del Madrid, con Carvajal y Ramos a la cabeza, lo vieron repetido en la tele y con sus gritos hicieron dudar al colegiado. Pero se mantuvo firme.

Sin embargo, paró Courtois.

Sin embargo, fue insuficiente.

Tenía que haber supuesto el punto de inflexión: quizá en el Bernabéu, con público y el ruido de corneta y el miedo escénico y el orgullo. Pero esta temporada, esta vida, es tan desangelada, tan fría, tan extraña, que marcó el Levante en otra jugada. Perdió el Madrid, que se ha quedado sin héroes.