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Tiger Woods, un milagro, diez airbags y meses de recuperación

Después de seis horas de operación si la recuperación marcha bien podría reaparecer en cuatro o cinco meses

El vehículo en el que viajaba Tiger Woods
El vehículo en el que viajaba Tiger WoodsDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Tiger Woods había sido intervenido en la espalda por quinta vez el pasado 23 de diciembre. Cinco operaciones de espalda otras cinco de rodilla no le impedían soñar con dos grandes retos en 2021. Sus objetivos este año, además de recuperarse de su enésimo problema físico, eran volver a pelear por el Masters de Augusta y por el oro olímpico de Tokio. El grave accidente sufrido ayer en Los Ángeles le impedirá estar en el Augusta National Golf Club del 8 al 11 de abril y hace poco menos que imposible su presencia en los Juegos. Las primeras estimaciones tras la «larga» cirugía –unas seis horas de operación– a la que fue sometido ayer por la lesiones en el pie, tobillo, tibia y peroné de la pierna derecha fijan un plazo mínimo de recuperación de cuatro-cinco meses. «Woods ha sido sometido a una larga cirugía en la parte inferior de la pierna derecha y el tobillo después de ser llevado al hospital», señaló su equipo a través de Twitter doce horas después del accidente.

Woods fue trasladado al Centro Médico Harbor de la Universidad California Los Ángeles. Su responsable, Anish Mahajan, relató con qué se encontró el equipo que le intervino: «Sufrió importantes lesiones ortopédicas en la extremidad inferior derecha que fueron tratadas durante una cirugía de emergencia por especialistas en traumatología ortopédica. Las múltiples fracturas que afectaron tanto a la parte superior como a la inferior de la tibia y los huesos del peroné se estabilizaron insertando una varilla en la tibia. Las lesiones adicionales de los huesos del pie y el tobillo se estabilizaron con una combinación de tornillos y pasadores. Ahora está despierto, receptivo y se encuentra recuperándose en su habitación».

La convalecencia de Woods en el hospital coincidirá con las investigaciones sobre el accidente que sufrió a primera hora de la mañana del martes en Rancho Palos Verdes, una pequeña ciudad cercana a Los Ángeles. El sheriff del condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, da una primera pista de lo que sucedió: «Iba a una velocidad relativamente mayor de lo normal. Es una zona cuesta abajo, con curvas y que tiene una alta frecuencia de accidentes. No es infrecuente».

Tiger se salió de la carretera cuando circulaba a gran velocidad, atravesó la mediana, chocó contra los bordillos, golpeó un árbol, cayó por un terraplén y dio varias vueltas de campana hasta quedar volcado sobre el lado del copiloto en una zona de monte. «El señor Woods tiene suerte de haber salido con vida de esto», relató el oficial de policía Carlos González, que fue el primer agente en llegar a la escena para socorrer al golfista y confirmó que Woods llevaba el cinturón puesto. La zona es un punto negro en L. A. El límite de velocidad es algo más de 70 kilómetros por hora y es habitual el paso de vehículos que casi doblan esa velocidad. Tiger también tuvo la suerte de que ningún coche circuló en ese momento en dirección contraria en Hawthorne Boulevard. Se trata de una vía rápida de dos carriles que el golfista cruzó a la salida de la fatídica curva.

Una de las claves del accidente es el coche que conducía Tiger. No era de su propiedad y formaba parte de la flota de vehículos del torneo The Genesis Invitational. El vehículo era un Genesis GV80, un SUV de la marca de lujo de Hyundai y que sólo se vende en Estados Unidos. Su sistema de seguridad pasiva con 10 airbags, incluido uno para las rodillas del conductor, salvó a Tiger de un accidente más dramático.

El golfista se encontraba en pleno proceso de recuperación de la disectomía que se le aplicó en diciembre para recolocar uno de los discos que le pinzaba el nervio ciático. La operación llegó días después de participar en el PNC Championship, un campeonato que se disputa por parejas y en el que Tiger compitió con su hijo Charlie, un clon suyo de 11 años. El pasado fin de semana ejerció de anfitrión en el torneo The Genesis Invitational que promueve su fundación.

El accidente de Tiger recuerda al que sufrió Ben Hogan en 1949. Su compatriota estrelló un Cadillac contra un autobús en una carretera de Texas. Sufrió numerosas roturas, casi se le dio por muerto, pero se recuperó, volvió a jugar y algo más de un año después ganó el US Open. ¿La diferencia? Hogan tenía 36 años; Tiger está camino de los 46.