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Fútbol

Bale sigue siendo el mismo Bale que en el Madrid

Tras los últimos partidos parece que el galés empieza a convencer a Mourinho. Hasta ahora ha sido el mismo que en el Real Madrid

Gareth Bale, en el último partido con el Tottenham en la Europa League
Gareth Bale, en el último partido con el Tottenham en la Europa LeagueJohn Walton / POOLAgencia EFE

Puedes cambiar de casa, de vida o de país, pero es más complicado o exige más tiempo y más trabajo cambiar tu carácter o tu forma de ser. Lo están comprobando en el Tottenham, donde esperaban a un Gareth Bale liberado del Real Madrid, liberado de lo que supuestamente le hacía paralizarse en el Bernabéu y se han encontrado con el Bale de toda la vida: el futbolista que hace algún gol magnífico, pero que nunca termina de conquistar su puesto ni a su entrenador. Gareth ha jugado 8 encuentros con el Tottenham de los 24 que ha disputado en la Premier, más otros 8 de la Europa League. Y tres más de las copas inglesas. Lleva seis goles: ya tienen más o menos claro que no va a ser el jugador diferencial del equipo.

Una de las armas que usaban los críticos contra Zidane cuando las cosas iban mal era la suplencia y los minutos que el entrenador francés daba al futbolista de Gales. Que si estaba dejando pasar la oportunidad de poner a un futbolista diferencial, que si no le daba confianza. Eran medias verdades que se utilizaban como argumentos. Como si Bale, durante las fases que había tenido continuidad, hubiese roto a jugar y a marcar goles o liderar al equipo como se suponía que debía hacer. Sus últimos años fueron problemáticos y sus últimos meses fueron una despedida anticipada, sin contar para Zidane y sin querer contar para Zidane.

Cuando se ven la cosas desde fuera no se tiene la precisión exacta para entender lo que pasa y en el Tottenham se hicieron a la idea de que Bale, lejos del francés y de un público que ya no podía con él, se quitaría un peso de encima. Confiaban, además, en que Mourinho conseguiría enfocar su competitividad, que le tocaría el orgullo de futbolista. Pero con Mourinho puede suceder eso, si va bien, o puede, si va mal, declararse una guerra civil. Ambas cosas las ha vivido en casi todos los clubes en los que ha estado. Marca una línea y a partir de ahí se crean lealtades o deslealtades. Bale, por ahora, está haciendo equilibrios.

Ha estado lesionado y no ha podido disputar algunos encuentros. Sucedió, sin embargo, que cuando Mourinho defendió, una vez, que estaba lesionado, Gareth mostró una imagen de él en las redes como si estuviera listo. No es ésa una buena táctica para ganarse a Mou. Tampoco parece la mejor opción que su representante, Jonathan Barnett, salga en tromba a defender a su chico, como ocurría con frecuencia en Madrid: «Está hacia el final de su carrera, hay que preguntarle eso a Mourinho. Cuando dicen que qué le ha pasado a Bale, yo digo que ha ganado en el extranjero más títulos que ninguno en la historia del fútbol británico. Lo ha hecho muy bien económicamente y tiene dinero para el resto de su vida», aseguraba. Ayuda poco a la sensación de que el fútbol, a Bale, ya no le importa en exceso.

Ese episodio, sin embargo, marcó un punto de inflexión. Bale ha vuelto a tener minutos y ha aprovechado la eliminatoria de la Europa League para dejar buenas imágenes. Y jugó bien en la Premier, pese a la derrota de su equipo frente al West Ham. Es el Bale que puede marcar diferencias. «Bale no necesita convencerme de nada. Estoy totalmente convencido, pero esto no trata de convencerme. Se trata de que Bale esté preparado para jugar los minutos que queremos que juegue», decía el entrenador. Y abría la puerta para que tuviera más minutos: «Es un proceso. Sólo hace falta ver los partidos que ha jugado en los últimos dos años. Claro que le queremos todos los minutos. Es un jugador con una calidad especial. Se vio en los 45 minutos ante el West Ham. Tuvo un impacto positivo. Puso un centro, dio pases clave, chutó, tiró al palo...», describía, tendiendo puentes.

Puede ser el recomienzo de Gareth Bale tras un proceso de adaptación que le ha llevado más tiempo de lo esperado. O puede ser lo de siempre: que es un futbolista muy bueno, pero que no lo es todo el rato. Ni siquiera durante algunos ratos.