Fútbol

Doble de Copa para el Athletic

Roger adelantó al conjunto local y empató Raúl García de penalti. Un tiro lejano de Berenguer que tocó en Vukcevic dio la clasificación a los leones

Los jugadores del Athletic celebran el segundo gol ante el Levante, de Berenguer, que les mete en la final de Copa
Los jugadores del Athletic celebran el segundo gol ante el Levante, de Berenguer, que les mete en la final de CopaManuel BruqueAgencia EFE

Después de más de doscientos minutos de fútbol, tuvo que aparecer la casualidad para llevar al Athletic a su segunda final consecutiva de Copa. Vukcevic desvió con el hombro un disparo lejano de Berenguer, despistó a Aitor, el portero del Levante, e hizo que la pelota golpeara en el poste. Y gol. Marcelino, que no se había atrevido a mirar el lanzamiento de penalti de Raúl García, se subió a caballito sobre Muniain para celebrar el tanto que suponía el pase a la final.

La Copa era la ilusión del Levante. Reclama desde hace años que le reconozcan la de 1937. Sin esa en el palmarés no ha jugado ninguna final de la competición. Y la alegría de pelear por un título pesa más que la rutina de la Liga. Por eso puso el alma en el comienzo. Buscaba liquidar al Athletic antes de dejarlo respirar. Y en ésas llegó el gol de Roger.

El delantero del Levante aprovecha cualquier balón para hacerse decisivo en el área. Le vale incluso su propio rechace para crear peligro. Así llegó el gol, de un taconazo fallido que se le quedó entre las piernas y que Unai Núñez no acertó a despejar. Antes hubo una genialidad de Morales, que dio un pase a Rochina con túnel incluido.

Roger es el oportunismo. Williams es la explosividad. El delantero del Athletic exprime a sus marcadores en cada carrera y su equipo lo aprovecha. Para y arranca con la misma fuerza a la siguiente. Aunque el empate lo tuvo que encontrar el Athletic en un penalti que no hacía falta pitar. Raúl García fue interceptado por Duarte cuando iba a rematar y al árbitro le entraron las prisas por pitar sin esperar un instante a que llegara Berenguer para empujarla. El gol no valió porque el árbitro ya había pitado. Raúl García evitó los remordimientos de Del Cerro Grande desde los once metros. No tiene fin el navarro, que cada año rinde mejor y sigue contagiando su espíritu al equipo.

Después del empate el Athletic se sintió dueño del partido y de la eliminatoria. La historia parece que no pesa, pero un poco, sí. Y el equipo bilbaíno se siente feliz en esta competición. Durante años fue el equipo con más títulos y, aunque hace tiempo que no la gana, no es extraño verlo en las finales. Tiene pendiente la de la temporada pasada y alimentaba el sueño de disputar dos finales de Copa en apenas unos días. Y con volver a encontrarse en una final con el Barcelona, al que ya derrotó en la Supercopa. Jugará la final de 2020 contra la Real y la de 2021 contra los azulgrana.

Se esforzó el Athletic en cumplir el objetivo y se lanzó de manera terrible a acosar la portería de Aitor. Paco López había confiado en el canterano Cárdenas para la Copa, que también había participado en la victoria contra el Atlético en el Metropolitano. Pero el titular es Aitor y el técnico levantinista no quería regalar nada. Le tocó trabajar al guardameta del Levante.

Berenguer estuvo cerca de marcar en un ingenioso remate de cabeza hacia atrás, que superó la salida de Aitor. El Athletic tuvo varias ocasiones, aunque ninguna tan clara como la que había provocado Yeray en su portería en la primera mitad. Al intentar despejar remató hacia el arco de Unai Simón, que estaba descolocado, y la pelota se estrelló en el poste.

No volvió a intentarlo el Levante casi hasta la prórroga, en un lanzamiento de falta de Bardhi que obligó a Unai Simón a demostrar por qué fue el portero de la selección en los últimos encuentros.

Fue el último intento del Levante, que no tuvo fuerzas ya para responder al gol de Berenguer. En 200 minutos nunca fue por detrás en el marcador. Hasta que Berenguer le arruinó sus ilusiones de disputar la primera final de Copa de su historia.