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Las cinco claves de la jornada: racismo y una Liga nueva

La acusación de racismo de Diakhaby contra Cala marcó la jornada 29

Mouctar Diakhaby se retira a los vestuarios después de denunciar un presunto insulto racista de Cala.
Mouctar Diakhaby se retira a los vestuarios después de denunciar un presunto insulto racista de Cala.Román RíosEFE

La 29ª de LaLiga Santander dibujó un nuevo campeonato, con el Barcelona a un punto del Atlético, que volvió a tropezar y ha pasado de acariciar el trofeo casi con las dos manos a tener sudores fríos cuando mira la clasificación. Y pendientes de los dos se mantiene el Real Madrid, agazapado a tres puntos del líder y que el próximo sábado recibe al Barcelona en Valdebebas. Pero la atención de la jornada no estuvo ni en los goles ni en los resultados, sino en la acusación de racismo del jugador del Valencia Mouctar Diakhaby contra Cala, del Cádiz.

Acusación de racismo. Lo sucedido en el estadio Ramón de Carranza durante el Cádiz-Valencia ensucia el fútbol y ensucia la vida. Pocas cosas pueden ser más graves en un campo que un insulto racista, ya venga de la grada o se produzca en el césped, entre protagonistas directos de este espectáculo que es el fútbol. Mouctar Diakhaby acusó a Cala de haberle ofendido gravemente con un insulto racista. Estamos obligados a mantener la presunción de inocencia sobre Cala, pero es difícil de creer que una situación así de grave solo se hubiera producido en la imaginación de Diakhaby. Si LaLiga logra aclarar algo, uno de los dos futbolistas será puesto en evidencia. Si LaLiga no aclara nada de lo sucedido, la que quedará ensuciada, como suele ser habitual en estos casos, es la imagen del fútbol español, siempre contemplativo y poco contundente cuando hay que tomar medidas contra el racismo. Como tibia y poco solidaria pareció la decisión del Valencia de continuar disputando el encuentro después de ver el sufrimiento de su compañero.

Las dudas del líder. Decía Luis Aragonés que las Ligas se deciden en las últimas diez jornadas. El Atlético inició ese tramo decisivo del campeonato de la peor forma posible, con derrota frente al Sevilla y ofreciendo una imagen bastante pobre. Pero el problema para Diego Simeone es que los tropiezos de su equipo han pasado de ser una anécdota para convertirse en una costumbre. El Atlético sigue líder, pero su colchón de puntos y de confianza prácticamente han desaparecido después de ganar solo 16 de los últimos 30 puntos disputados. Si los jugadores empiezan a ver enemigos a su alrededor y deciden emplear sus fuerzas en luchar contra ellos en vez de utilizarlas para intentar a dar vuelta a esta situación, el bloqueo todavía puede ser peor.

El Barcelona se lo cree. En una dinámica totalmente opuesta a la del Atlético se maneja ahora el Barcelona, que cambió de presidente en vez de hacerlo de entrenador y no ha dejado de crecer. El equipo y el entorno han olvidado que un día no muy lejano todo estuvo a punto de derrumbarse por culpa de un burofax. Algo de culpa en todo ello, en mantener la tranquilidad y en que el equipo haya logrado 28 de los últimos 30 puntos, tendrá Ronald Koeman. Y seguramente también en que el Barcelona supiera sufrir hasta el minuto 90 y sin perder la paciencia para ganar al Valladolid. Para desenredar el resultado apareció Dembélé, que dejó olvidadas sus lesiones en 2020.

Agarrados a Benzema. Elegido mejor jugador de LaLiga en el mes de marzo, Karim Benzema comenzó abril con la misma lucidez. Está acostumbrado a que se le mida por sus goles, pero el francés es más que los goles, es el juego, su capacidad de asociación, para interpretar los partidos y leer las defensas rivales. Cuando está inspirado, Benzema es la esencia del fútbol y su presencia trasciende a las estadísticas, que también son buenas. Y ya lleva mucho tiempo inspirado. De ello se aprovecha el Real Madrid y también, claro está, de sus goles. Contra el Eibar marcó uno, pero su influencia fue mucho más allá. Y el Madrid, que sumó 23 de los últimos 30 puntos en juego, ya ve de cerca al Atlético. Son tantas las veces que Zinedine Zidane y sus jugadores han dejado en evidencia a quienes se apresuran en descartarlos para ganar la Liga que empieza a parecer una cuestión tan absurda como inútil dudar del Madrid mientras tenga opciones matemáticas de ser campeón.

Rafa Mir quiere salvarse. Los nervios que provoca luchar por el título poco tienen que ver con la angustia que produce pelear por la salvación y evitar el descenso. Quien mejor sepa administrar sus miedos tendrá mucho camino recorrido para seguir en LaLiga Santander. El miedo nubla la mente y paraliza las piernas. Desde que llegó Pacheta a su banquillo, el Huesca no tiene miedo, o sabe disimularlo. Su victoria contra el Levante le sacó de lo más profundo de la clasificación y le situó más cerca que nunca de salir de los puestos de descenso. Rafa Mir firmó los dos goles del triunfo y el segundo de ellos solo lo puede marcar alguien que dejó el miedo en el vestuario y ve en cada ocasión de gol una oportunidad de dibujar una obra de arte. Para crear hace falta confianza y a Rafa Mir ahora le sobra.