La vida loca de Drenthe en el Real Madrid: “He tenido tantas noches bonitas con Guti...”

Coincidiendo con el fin de semana del decisivo Clásico entre El Real Madrid y el FC Barcelona, Royston Drenthe ha repasado su estancia en el Real Madrid, club en el que militó de 2007 a 2012. Ha hecho balance de cómo fue su llegada y cómo tomó su decisión. Ha vuelto a sus 34 años ha vuelto al fútbol español y actualmente está en el Racing Murcia. Nunca olvidará sus “fiestas locas” en la capital de España. Su rendimiento deportivo fue mejorable pero sus hazañas fuera de la cancha son memorables.

En una entrevista con el medio holandés Voetbal recuerda su fichaje por le conjunto blanco. “Durante mis vacaciones en Surinam tuve todo tipo de presidentes al teléfono. Mijatovic del Real Madrid también me llamó, Joan Laporta, del Barça y más propietarios cuyos nombres ya ni siquiera me acuerdo”.

“José Mourinho también se puso en contacto con mi agente Sigi Lens y tenía un contrato de cinco años listo para mí en el Chelsea. Primero quiso ficharme y dejarme cedido en el Feyenoord durante un año antes de que llegara a Londres. Por mi parte, había decidido rápidamente que mi elección sería Real, ellos me querían de inmediato”, comentaba.

En el vestuario blanco coincidió con grandes nombres como Guti, Raúl, Iker Casillas, Robinho, Higuaín o con el que sería ‘uña y carne’, Wesley Sneijder. Así lo recuerda Drenthe, destacando el lado más fiestero de todos ellos: “A menudo nos juntábamos con Wesley Sneijder, Robinho y Gonzalo Higuaín. Wesley y yo éramos uña y carne y podíamos cruzar la línea roja de vez en cuando. Y había veces en las que Higuaín se apuntaba. ‘Tengo que quedar con Wesley y Roysthon’, se decía y nos llamaba. A veces estábamos pasando una velada en casa y llamaba a Gonzalo: ‘Amigo, ponte de pie, ¡vamos a hacer algo!”, desvela Drenthe, y afirma que tienes grandes recuerdos de Guti: “He tenido tantas noches bonitas con Guti...”, recuerda.

Los trucos para salir

Estas ‘aventuras’ de Drenthe no se quedan ahí. El jugador relata cómo se las ingeniaba para salir de casa de fiesta sin ser descubiertos. “Abrimos la verja de la finca, pusimos el coche en punto muertoy lo empujamos por la pendiente. Llegamos al final de la calle y en la rotonda encendimos el motor para que antes nadie se diera cuenta. A la vuelta repetíamos. Apagábamos el motor y empujábamos el cocho por la pendiente. A continuación, volvíamos a casa por la parte inferior y fingíamos que nos habíamos quedado toda la noche relajándonos en la parte inferior de la casa. Nadie se daba cuenta de que realmente habíamos salido”.