Superliga

Y el fútbol tembló

La crisis del coronavirus ha dejado en evidencia que el deporte rey no era tan boyante como parecía y que necesita replantear el modelo para sobrevivir

El Camp Nou, sin público durante el Clásico Barcelona - Real Madrid
El Camp Nou, sin público durante el Clásico Barcelona - Real MadridAndreu DalmauAgencia EFE

Florentino Pérez dio la voz de alarma en «El Chiringuito». «Ha habido unas pérdidas de 5.000 millones de euros durante la pandemia y nosotros, el Real Madrid, hemos dejado de ingresar 400», advirtió. La crisis del coronavirus ha venido a destapar que el modelo de negocio del fútbol estaba pillado por los pelos y que se necesitan cambios para sobrevivir. Las competiciones finalmente se pudieron disputar, aunque haya sido todo de forma apurada, con acumulación de partidos y cambio de formato (la Champions de Lisboa el pasado agosto), lo que también han pagado los futbolistas en forma de lesiones. Pero al menos parte del dinero de las televisiones se pudo mantener, aunque con malabarismos para cuadrar los números en un ejercicio u otro al disputarse muchos encuentros «fuera» de temporada. Pero en los clubes grandes los ingresos por televisión no son los principales, como sí sucede con los más modestos. El golpe para ellos ha sido, por tanto, mayor, centrado en las pérdidas en márketing, publicidad y taquillas. La evidencia de que algo no va bien fue que se vivió un verano y un mercado de invierno sin apenas gasto en fichajes importantes.

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Rentabilidad FútbolTania Nieto

Un estudio de la consultora KPMG muestra cómo los ingresos de explotación de los principales clubes se han desplomado, y aunque en el gráfico que acompaña a esta información el Sevilla y el Dortmund aparecen con saldo positivo, es porque se incluyeron las operaciones de las competiciones en las que jugó el pasado curso, que fueron al margen del cierre del ejercicio fiscal (la Liga acabó en julio y la Liga Europa, en agosto).

De los equipos fundadores de la Superliga, el Real Madrid es de los pocos que en el balance consiguió números positivos, según este estudio, aunque apenas 300.000 euros, después de tener un descenso del ocho por ciento en sus ingresos de explotación. El Bayern también logró un saldo a favor, en su caso de más seis millones, pero es de los pocos grandes de Europa que desde el primer momento se han querido desmarcar del nuevo proyecto. El informe de KPMG, por ejemplo, cifra en 35 millones la ausencia de público en el Real Madrid. Se esperaba que durante esta temporada ya pudiera haber aficionados en algún momento, pero no ha sido así. Lo mismo con otras partidas.

Florentino Pérez también denunció una pérdida en las audiencias televisivas, en el interés de los jóvenes por el fútbol, de ahí que consideren que explotando ellos mismos los derechos y ofreciendo partidos entre los equipos más importantes del continente, los nuevos contratos con los operadores televisivos, además de los de patrocinio, van a ser al alza pese a la crisis global de la pandemia, no a la baja.

Para intentar compensar las pérdidas, otro de los movimientos que han tenido que hacer los clubes de fútbol es reducir el sueldo de los jugadores y muchos empleados. Lo hicieron la temporada pasada y lo han repetido ésta, en la que los números se espera que sean todavía peores, ya que en la anterior al menos tres cuartos se disputaron con la antigua normalidad. Este es otro asunto que pretende afrontar la nueva Superliga: aunque presuponen que habrá más dinero, quieren poner límites salariales a los jugadores y límites de gasto estrictos, como sucede en ligas de Estados Unidos como la NBA. Aparte de la crisis por el coronavirus, el despilfarro que ha habido en fichajes, traspasos, comisiones y sueldos los últimos años ha sido desmedido.

Otros análisis como el de la consultora Brand Finance tienen un punto de vista contrario y no son tan optimistas ante lo que puede suceder con la Superliga: calcula unas pérdidas de entre 2.500 y hasta 4.300 millones de euros de los doce clubes fundadores, ya que, argumentan, estos no «tienen en cuenta el riesgo que asumen frente a los fans o el riesgo de reputación en sus marcas».

Por su parte, LaLiga considera que la Superliga haría que se redujeran sus ingresos un 43 por ciento, lo que supondría una merma de 1.720 millones de euros, según una estimación encargada por la patronal a la que ha tenido acceso EFE. Eso desmentiría la teoría de que más dinero para los grandes clubes supondría también más dinero para los pequeños. Además, el estudio considera que se reducuría en un tercio el impacto del fútbol profesional en el producto interior bruto (PIB) español, pasando del 1,37 % que se calcula que aporta actualmente a un 0,93 %; y que se reducirían en un 32,4 % los puestos de trabajo, lo que supondría 59.878 empleos menos.

Lo que está claro es que el fútbol se está moviendo.