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Cádiz-Real Madrid (0-3): Victoria relajante

Magistral Benzema en un partido cómodo para el equipo de Zidane. Un claro penalti a Vinicius abrió el partido. Minutos para Carvajla

Benzema celebra su segundo gol ante el Cádiz en el Ramón de Carranza
Benzema celebra su segundo gol ante el Cádiz en el Ramón de CarranzaRomán RíosEFE

Hace experimentos Zidane con las alineaciones y hasta se puede imaginar su sonrisa al imaginar la sorpresa de todos cuando se haga público el once del equipo. Agobiado por las bajas y el cansancio busca el modo de ir ganando tiempo sin perder puntos, como sucedió en Cádiz. Recuperar físicamente al equipo mientras se mantiene firme en la pela por LaLiga y se va olvidando de las pasadas semanas de guerra en el césped o estos días de guerra en los despachos. Fue un partido feliz para un Madrid sin Modric ni Kroos y con el canterano Blanco imponiéndose en el centro del campo, mientras Isco, en su cumpleaños, miraba desde el banquillo, quizá haciéndose preguntas existenciales acerca de su valor o de lo que hace en el Real Madrid. No le echó de menos el equipo de Zidane, porque en esa zona, por la mediapunta apareció Casemiro, que es mediocentro, peroe esta temporada ha hecho de goleador y de jugador de ataque también. Apareció Rodrygo, rápido y con un toque de balón que sólo puede presagiar un gran futuro y también apareció Benzema, para enseñar a los demás a tocar, a situarse y a rematar. A echar broncar, defender de las patadas, poner balones o dejar a los jóvenes lanzar las faltas. El jefe del ataque blanco, el futbolista que ha sostenido con sus goles al Madrid cuando ha hecho falta.

Con esos valores ganó sin problemas el equipo de Zidane y se quitó un partido. Aún queda mucho, pero se confía en que vayan llegando los que faltan para el choque del sábado contra el Betis y luego la Champions. Y si no, habrá que seguir dando confianza y minutos a los futbolistas que a estas alturas de la temporada, tan importantes, no pesaban que iban a tener o seguir improvisando sistemas con los que abrumar a los entrenadores rivales, que apenas pueden adivinar qué Madrid va a aparecer sobre el césped.

Zidane apostó por tres centrales porque quería proteger la espalda de Odriozola, pero sobre todo la de Marcelo. El Cádiz lo intentó un par de veces al principio, cuando aún pensaba que podía hacer algo interesante, pero las dos ocasiones apareció Nacho, que muestra una seguridad apabullante. Con tres atrás, no duda el Madrid aunque no tenga la pelota. Durante el comienzo del choque la tuvo el Cádiz y nadie estuvo incómodo con una situación así. No tiene prisa el conjunto blanco en este tramo del curso. Ya ha pasado por todo el estrés posible, así que le viene bien algo de calma.

El Cádiz quiso probar por si encontraba un rival débil y fue a por el partido con más intención que otras veces. Pero con los tres atrás, más Blanco y Casemiro, no había muchas posibilidades. El Madrid se tomó su tiempo para llegar a la portería rival. Eso sí, cuando lo hizo, ya no hubo manera de detenerlo.

Fue Vinicius quien logró un tesoro en una jugada algo perdida. Pero es que su movilidad cuando llega al área pone nervioso a todos los rivales. Aunque había perdido el balón o no lo estaba controlando bien, Iza le pisó: dio la impresión de que no le ve. El penalti lo vio el VAR y era tan indiscutible que avisó a Mateu Lahoz. Marcó Benzema y finiquitó el choque cuando aún quedaba parte y media.

Al Madrid le cambió la cara y el ritmo y el partido se disputó ya cerca del área rival, haciendo daño por dentro. Marcó Odriozola, marcó de nuevo Benzema.

No había mucho más que contar. El Cádiz se mantuvo con dignidad y el Madrid consideró que ya no tenía mucho más que hacer en el choque. En el minuto 60, Zidane hizo tres cambios pensando en el futuro: sacó a Carvajal para darle minutos porque tiene que recuperarlo ya; quitó a Varane para darle descanso porque lo necesita y dio un respiro a Vini, para que esté fresco. No queda nada ya. Queda todo.