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Real Madrid-Chelsea (1-1): Vivos a Londres

El equipo de Zidane reaccionó tras media hora en la que los de Tuchel lo tuvieron contra las cuerdas y marcaron un gol. El empate de Benzema igualó la pelea

Toni Kroos, durante el encuentro frente al Chelsea en Stamford Bridge
Toni Kroos, durante el encuentro frente al Chelsea en Stamford BridgeJuanjo MartínEFE

Pudo ganar al final el Madrid un partido en el que estuvo contra las cuerdas y lo pasó muy mal durante media hora. Pero la Champions consiste en sobrevivir en los malos momentos y aprovechar los que tengas a favor. Y eso lo hace como nadie el grupo de Zidane. Tiene que meter un gol en Londres, por lo menos, el miércoles de la semana que viene, pero llega con todas las opciones y con la sensación de que por qué no va a hacerlo. Acabó dominando el partido, con más cuerpo que el rival y con más seguridad. Se rehizo y cualquier cosa puede pasar ahora.

Lo primero que hizo el Chelsea en la eliminatoria fue cambiarle el campo al Madrid. Al equipo de Zidane tiene unas tradiciones que le van bien y le gusta atacar en la segunda parte en la misma portería. Pero el Chelsea ganó el sorteo del saque y eligió campo: justo lo contrario a lo habitual. Es un detalle: iba a hacerle la vida imposible al Madrid. Duró media hora el sufrimiento, con Kanté ganando en el centro del campo y Pulisic eligiendo donde hacer daño. Hizo un gol el equipo de Tuchel y fue tal su dominio que pareció un daño menor. Entre las que sacó Courtois y las que fallaron los delanteros, el Madrid se vio más o menos vivo cuando podía estar pidiendo que la eliminatoria se acabase ya.

Fue Benzema el que le devolvió a la vida tras una jugada ensayada en un saque de esquina. Apenas había dado noticias el equipo de Zidane en el área rival, pero eso era suficiente para empatar el partido y tomarse un respiro.Lo necesitaba porque se les estaba yendo la esperanza. El delantero que no era delantero es una garantía en este equipo.

Sabía el Madrid el partido que le esperaba: un rival muy ordenado atrás, muy profesional y con unas transiciones mortales, pero no supo como atajarlo. Zidane salió con tres centrales porque es así como se siente seguro en los momentos importantes. Pero había un problema: en el lateral izquierdo, para ayudar a Nacho, no estaba Mendy, el titular era Marcelo. Y por ahí hizo sangre el Chelsea, martilleando sin parar durante el primer tiempo. El brasileño jugó el primer partido de Champions y no ha vuelto a ser titular en Europa hasta esta ida de la semifinal. No tiene ya físico para volver y el partido exigía una intensidad a la que no respondió. Pulisic acabó desfondado y su cambio en la segunda parte hizo más débil a los ingleses.

El Chelsea te pide atención sin parar y al Madrid le costó atar cabos para no descoserse. En cuanto Casemiro se movía un poco de su posición para dejar a Kroos sacar la pelota, Kanté saltaba para ocupar todo el espacio, correr y atrapar a los de Zidane a contrapié, corriendo para atrás y acogiéndose a Courtois para que el daño no fuese mortal. El portero respondió porque está en un momento espectacular y cuando se abre de piernas no queda espacio para meter la pelota. El Chelsea se volcó por la banda izquierda del Madrid sin disimulo e hizo pequeño al equipo que había superado al Liverpool por su fortaleza física y su solidez defensiva. Sergio Ramos se desgañitaba desde la banda, pero no había manera. Después creció el equipo y crecieron también Militao y Varane. Lo del brasileño es de estudio. Era un defensa sin personalidad y arrasado por las dudas y ahora es el que grita en el campo. Pedía a los suyos que no se echasen atrás cuando el Chelsea se acercaba y daba órdenes como un veterano. Salga como salga este curso, lo de Militao es el gran descubrimiento.

Vinicius, como siempre, era la solución, la vía de escape para intentar dar miedo, que el Chelsea sintiese que podía sufrir si seguía llegando a la portería rival con tanta alegría. Tuchel lo sabía y por eso situó al español Azpilicueta en la banda derecha. Hizo de todo: subir al ataque, ayudar en el centro del campo y tapar las carreras de Vini. Cuando el brasileño fue cambiado por Hazard, Tuchel también quitó a Azpilicueta.

El gol de Pulisic fue la consecuencia lógica. Podía haber no sido si el Madrid hubiese presionado la salida de balón y si Nacho no hubiera buscado tapar portería. Tenía que haber ido a por el rival no y dejar a Courtois esa responsabilidad.

Empezaba a llover en Valdebebas y se temía una tormenta de goles. Sin embargo, el tanto de Benzema estabilizó el partido hasta el final. El Chelsea fue perdiendo fuelle y aunque Kante seguía apareciendo por todos lados, ya no parecía correr tanto como los tres centrocampistas blancos juntos.

Pudo el Madrid hacer posesiones largas y seguras, tomar confianza y poco a poco, plantar cara al rival. Zidane buscó con Hazard un ataque más estático y Tuchel daba oxígeno a los suyos con tres cambios a la vez. No pasó nada más en el marcador.

El Chelsea tiene una pequeña ventaja. Pero el Madrid está vivo y no es poco.