Champions
El Manchester City castiga los errores del PSG para acercarse a la final
El equipo de Guardiola fue superado en la primera mitad. Marcó Marquinhos. Pero reaccionó tras el descanso y los tantos de De Bruyne y Mahrez le dan una gran ventaja
Un gol sin querer de Kevin de Bruyne hizo al Manchester City consciente de que podía hacer algo más que aguantar la pelota para que el PSG no reventara la eliminatoria al contraataque. Los franceses eran felices hasta que la defensa y Keylor Navas dejaron pasar un centro que se fue metiendo hacia la portería sin que la reacción del portero costarricense fuera otra que mirar cómo el empate llegaba de forma ridícula a su red.
Hasta ese momento se había jugado a lo que quería el equipo francés. El Manchester City dominaba la pelota, pero el partido era del PSG. Pochettino sabía que era difícil, discutir la posesión al equipo de Guardiola y decidió esperarlo. Tiene muchas armas su equipo. Tiene salidas cuando domina la pelota, pero en campo abierto es cuando disfruta Mbappé, cuando tiene oportunidad de sacar provecho a su potencia en carrera.
Todo eso lo enseñó en los primeros minutos del encuentro cuando dominaba siendo dominado. Cuando la pelota pasaba de los pies de un jugador del City a otro hasta que la presión del PSG le permitía robarla.
El futuro es de Mbappé, de sus carreras explosivas, de sus goles increíbles, pero por el momento el PSG es de Neymar. Y fue el brasileño el que animó a su equipo a buscar el gol con sus disparos y a hacerse dueño de la posesión y del partido.
Aunque el gol llegó en un cabezazo de Marquinhos a la salida de un córner lanzado por Di María. Un centro perfecto y un error en la persecución del central brasileño facilitaron el remate. Los capitanes lo son por lo que hacen fuera del campo y por lo que hacen sobre el césped y Marquinhos ha cogido el gusto a los goles importantes. Ya marcó en el partido de ida contra el Bayern en Alemania y volvía a hacerlo para arrimar un poco a su equipo a la final.
Pero ese gol de Kevin de Bruyne lo cambió todo. El PSG, que ya dudaba de su superioridad y se conformaba con el gol de su capitán se derrumbó de repente. Lo que no había conseguido Foden en la primera parte con un remate dentro del área sin que nadie le molestara lo hizo el belga con un centro que ni siquiera entraba en esa categoría de centro-chut que se inventaron los cronistas clásicos para disimular un mal centro o un mal disparo.
Foden tenía toda la portería para elegir y mandó la pelota a las manos de Keylor. Un error extraño en un jugador como él, sorprendido quizá por la facilidad con la que había llegado la pelota hasta él. Porque el PSG había construido un muro perfecto con dos escalones por el que le costaba mucho penetrar al City, incapaz de encontrar los desmarques interiores de sus futbolistas como es costumbre.
El gol de Mahrez de tiro libre lo rompió de manera definitiva. Paredes hizo la falta y se abrió en la barrera sin que a Navas le diera tiempo a reaccionar. No fue muy preciso el disparo del argelino, bastante centrado, pero imposib le para el guardameta del PSG que no la vio llegar.
La desgracia se multiplicó para el PSG, que perdió a Gueye por una tarjeta roja directa. El centrocampista del campeón francés llegó tarde a una disputa con Gundogan y le pisó en una acción muy peligrosa para el jugador del City. Se quedaba Pochettino sin el jugador que sostiene a su equipo desde el centro del campo. Especialista en la presión y en el robo, fundamental para contener al City.
El equipo de Guardiola se animó definitivamente a buscar más goles que le permitieran liquidar la semifinal antes de llegar a Manchester. Pero no hubo más, aunque tampoco corrió riesgos. Neymar, que se hizo muy visible en la primera mitad, desapareció casi por completo en la segunda. Entró al campo el brasileño con un vendaje en el brazo izquierdo, dolorido después de una caída por una entrada en la primera mitad de Foden, que lo persiguió hasta su área,
Tampoco apareció Mbappé. No recuperaba la pelota con claridad el PSG y no podía correr hacia la portería de Ederson. El francés, que había sido decisivo para que su equipo despedazara al contraataque al Barcelona y al Bayern de Múnich en el primer partido de las eliminatorias anteriores, no existía. Sin Mbappé y sin Neymar a buen nivel era difícil que el PSG pudiera competir en igualdad. El City tiene jugadores decisivos, pero pocos son imprescindibles como ellos dos. Guardiola se permite intercambiarlos sin que el nivel del equipo descienda. Sólo De Bruyne parece intocable. El PSG pidió la roja para él por una acción similar a la de Gueye. Se quedó en amarilla. El City está intacto para la vuelta.
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