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La Liga que nadie quiere ganar

Se puede decidir en los enfrentamientos directos del fin de semana, pero ni los protagonistas creen que será definitivo

La derrota del Sevilla ante el Athletic hace que la Liga se aclare un poco más
La derrota del Sevilla ante el Athletic hace que la Liga se aclare un poco másJulio MuñozEFE

Los cuatro primeros clasificados se enfrentan entre sí y la Liga podría decidirse este fin de semana. Pero eso ocurriría en un campeonato normal, no en uno como éste en el que hasta la última jornada no ha igualado los partidos disputados por cada equipo, lo que siempre ha dado un aire de provisionalidad a la clasificación.

Es lo que sucedía hace una semana, después de que el Atlético perdiera en Bilbao y sintiera que el primer puesto en la clasificación le iba a ser arrebatado por el Barcelona después de jugar contra el Granada. Pero todo es imprevisible en este campeonato.

Lo fue la ventaja del Atlético, que el 31 de enero, al finalizar la jornada 21, tenía once puntos de ventaja sobre el Real Madrid y el Barcelona, ya con los mismos partidos disputados. Esa ventaja se la fue dejando el Atlético punto a punto, partido a partido, hasta llegar a los dos que tiene por encima de sus dos perseguidores antes de afrontar las últimas cuatro jornadas del campeonato.

El Atlético dejó de depender de sí mismo después de caer ante el Athletic, se tambalea, pero sigue mandando. Ha fallado en las últimas jornadas y la victoria en Elche era la primera fuera de casa desde la que consiguió el 28 de febrero en Villarreal. No ganó fuera del Metropolitano en marzo ni en abril, pero nadie ha conseguido arrebatarle el primer puesto desde la jornada 9, en los primeros días de noviembre.

El Atlético no gana una Liga desde 2014, pero ahí ya demostró que sabe manejarse en estas situaciones, con acontecimientos parecidos a los que se están viviendo en este campeonato. En la jornada 36 perdió en el campo del Levante y en la 37 sólo pudo empatar a cero contra el Málaga en el Vicente Calderón. Pero el Barcelona, que era segundo, no supo aprovechar esos errores.

Cuando el Atlético perdía contra el Levante, el Barcelona entregaba un empate a dos contra el Getafe en el Camp Nou. Y cuando el Málaga igualaba en el Calderón, los azulgrana hacían lo mismo en el campo del Elche.

Todos fallan, pero el Atlético se ha podido permitir más errores en las jornadas finales por la ventaja acumulada en el comienzo del campeonato. Los rojiblancos sólo perdieron un partido y empató dos en las primeras 21 jornadas. En las últimas trece, ha empatado cinco y ha perdido tres. Se ha dejado 19 puntos en este último tramo por los siete que dejó escapar en la primera parte del campeonato.

Eso ha dado vida a sus rivales y permite que la Liga llegue abierta a las últimas jornadas. Y que ni siquiera después del Barcelona-Atlético de Madrid y del Real Madrid-Sevilla del próximo fin de semana se pueda decir que la Liga está decidida. Pase lo que pase. «Otras veces los equipos eran más fiables», admitía Piqué después de que el Barcelona derrotara al Valencia. «Jugar sin público hace que cueste más ganar en casa. Y no pondría la mano en el fuego por que el equipo que salga líder va a ganar la Liga», explicaba el central azulgrana.

El Barcelona perdió la oportunidad de depender de sí mismo después de su derrota ante el Granada. Ahora necesita ganar al Atlético para adelantarlo, pero además, tiene que fallar el Real Madrid para que sea líder. Le hace falta que fallen dos de sus rivales para ganar el campeonato, pero no se ha dejado ir. No se imaginaba el Barcelona al comienzo de la temporada, cuando el club estaba en crisis, con una directiva en huida y con Messi habiendo reclamado su libertad por burofax unas semanas antes. La salida de Luis Suárez para reforzar al Atlético tampoco ayudaba al optimismo azulgrana.

Carrera de resistencia

En eso ha convertido el Real Madrid este campeonato. Es el único de los candidatos que continúa en Europa, los demás se fueron en el primer cruce. Y, además de los partidos que ha tenido que afrontar en su pelea por ser campeón de Europa por decimocuarta vez, ha tenido que enfrentarse a las lesiones. Más de cincuenta lo han atacado, lo que le ha permitido descubrir a Militao, recuperar a Nacho e incluso a Odriozola, que parecía ya un caso perdido.

«Nos han pasado muchas cosas pero estamos ahí, hoy son tres puntos más, estamos en la pelea, y faltando cuatro partidos, se puede», admitía Zidane después de derrotar a Osasuna el sábado. Y con 70 minutos de Hazard en el campo. No jugaba tanto en un partido desde el enfrentamiento de la primera vuelta contra Osasuna en El Sadar el 9 de enero, en plena ola de frío por culpa de Filomena.

El Sevilla no estaba tan cerca del título desde 2007, cuando un espectacular partido de Guti en el Bernabéu lo apartó de la pelea. A pesar de la derrota ante el Athletic, una victoria en Valdebebas volvería a meterlo en la lucha.