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Real Madrid-Sevilla (2-2): El Madrid sigue, contra todo

Empata contra el Sevilla y sigue segundo en un partido marcado por una decisión del árbitro. Pasó de un penalti a Benzema a un penalti en contra por mano de Militao

Toda la vida, toda LaLiga en una mano. «De espaldas», gritaban de todos lados: «Pítala», «es igual que en la primera parte». El árbitro Martínez Munuera fue a la pantalla a verlo porque era la jugada de LaLiga. El liderato, el campeón probable estaba ahí. Había sido una mano de Militao en el área del Madrid, de espaldas, sin ver, de esas que ya no se sabe, en este lío de las manos. La jugada siguió y acabó en una contra del Real Madrid, con Benzema solo, llegando al área de Bono y sufriendo un penalti clarísimo. Podía ser el tanto de la victoria para los de Zidane, el liderato, todo lo que había estado buscando.

Pero no. Este es el lío del fútbol del Var. El árbitro pitó el penalti a favor del Madrid, pero antes de tirarlo, esperó que desde el VAR le contará que había pasado en el área contraria. El partido se paró y en el Atlético, el Barcelona, el Sevilla y el Madrid contuvieron la respiración.

El colegiado fue a la pantalla, rodeado por todos, por los gritos de los suplentes que estaban en la grada, por Zidane, más tenso que nunca, por Kroos, por los sevillista. Sólo Hazard, quieto, en el área técnica, esperando a salir al campo, mirando con cierta lejanía.

Una Liga en una decisión. Tanto esfuerzo de partidos pasados y tanto esfuerzo del Madrid en este encuentro contra el Sevilla para levantarlo, para empatar en la segunda parte, para superar el cansancio que le está matando lentamente, para rehacerse con la pelota, para que Asensio marcase de un toque el empate y no lo celebrase porque había prisa, porque querían ganar el choque.

Todo desembocó a ese momento: al árbitro mirando la pantalla a pie de campo y el mundo pendiente de él y de sus gestos, si pedía más repeticiones, si dudaba mucho o poco, si eso era bueno o malo.

Fue bueno para el Sevilla y malo para el Madrid. Cambió de opinión tras lo que vio en pantalla y lo que era penalti a favor del Madrid y el liderato y un paso de gigante hacia LaLiga, el más importante sin duda, se convirtió en un empujón hacia atrás. Rakitic tiró la pena máxima, qué bien elegido el nombre, y el Sevilla se puso por delante un rato. Empató el Madrid, el Atlético sigue líder y el campeonato sigue igual que estaba antes de que empezase la jornada.

Y fue así porque el Madrid se resiste a entregarse. Está escaso de fuerzas y no entiende las desciones arbitrales, le falta gol y le cuesta mucho hacer oportunidades, pero va a pelear LaLiga hasta el final. Lo hizo porque Kroos tiró desde fuera del áera, cuando el ataque era ya a la desesperada, rebotó en Diego Carlos y entró en la portería del Sevilla. Se agarra al hilo de la esperanza el equipo de Zidane: tiene al Barcelona por detrás y al Atlético por delante y faltan tres jornadas. Tal como está LaLiga, los equipos, el cansancio, las manos en el área, todo puede suceder.

Se rehizo bien de una primera parte anodina y con un gol en contra. Fernando adelantó al Sevilla y el Madrid acusó el gol y la necesidad de hacer un tanto. Le cuesta mucho eso. O Benzema o casi nadie. Cuando Hazard se recuperó, se pensó que iba a ser él, pero el belga, titular en Londres en la Champions no lo fue contra el Sevilla y salió al final, para con Diego Carlos, cambiar ese tiro de gol de Kroos.

Es extraño este Madrid. Contra el Chelsea necesitaba hombres de banda para no hacer experimentos, pero cuando vio que en el banquillo tenía a Odriozola para la derecha y para Marcelo en la izquierda, prefirió experimentar. Perdido el tren de la Champions, para el tren de LaLiga se la jugó con Marcelo y Odriozola. Después quitó al brasileño para sacar a Miguel Gutiérrez, el canterano. Tiene presencia y no se corta. Tiene buena pinta, pero necesita más minutos y otros partido menos estresantes que este.

En la segunda parte, el Madrid fue a por el encuentro con más viveza que antes. Es verdad que le faltaba rematador y que las jugadas acababan con tiros desde fuera del área, pero encerró al Sevilla, que decidió esperar una contra. Fue un Madrid decidido, que escondió su debilidad físico en su fortaleza mental para jugar estos momentos decisivos.

No ganó, pero estuvo a una mano. Tampoco se le escapó LaLiga. Queda toda la esperanza.

El once del Sevilla de Julen Lopetegui es el siguiente: Bono; Jesús, Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Fernando, Rakitic, Jordán, Suso, Papu Gómez y Ocampos.