El capitán

Koke, de la bandera en el techo de su habitación a levantar la Liga

El capitán aprendió lo que era el sentimiento rojiblanco desde pequeño. Primero en casa, muy pronto en el club

Koke juega la pelota ante la mirada de Toni Villa
Koke juega la pelota ante la mirada de Toni VillaBallesterosAgencia EFE

Koke es una especie en extinción, un futbolista de los que ya no quedan, de esos que nacen y crecen en un club y aspiran a retirarse en él. Cumplió 29 años en enero, es el capitán y ha disputado ya 502 partidos con la camiseta rojiblanca. Sólo Adelardo ha defendido más veces que él el escudo rojiblanco. El mítico jugador rojiblanco es también el único que tiene más títulos que Koke, que con la Liga ha igualado a Godín.

Eso es lo que ha querido ser Koke siempre. Criado en una familia rojiblanca que tenía las esperanzas puestas en su hermano mayor, Borja, pero una grave lesión lo apartó del camino. Koke ascendió rápido, a los 16 años Abraham García ya le hizo jugar con el filial. Con 17 ya debutó con el primer equipo en el Camp Nou.

Era lo que buscaba desde niño. En su casa se comía con la cubertería del Atlético de Madrid y en su habitación, colgada del techo, había una bandera con el escudo del club. Esa fue la bandera que vistió el centro del campo del Santiago Bernabéu cuando el equipo rojiblanco ganó la Copa del Rey al Real Madrid en 2013. Esa misma bandera estuvo en Valladolid celebrando el título.

Pocos jugadores llevan al Atlético en el corazón como él, aunque cerca estuvo de tener que abandonarlo. “Es uno de los chicos que estaba cuando llegamos, pero estaba por irse al Málaga”, confesaba Simeone hace unos días. “Yo lo vi en un vídeo y le dije que no tenía ningún argumento para confiar en mí, pero consideraba que podía ser un jugador importante para el equipo. Se quedó”, añadía después. Y así han llegado dos Ligas, una Copa del Rey, dos títulos de la Liga Europa y el brazalete de capitán que luce con orgullo. “Es un jugador importantísimo para nuestro equipo. Es una referencia de nuestro juego, sin duda”, asegura el entrenador del Atlético.

Antes de que llegara Simeone, Gregorio Manzano ya había parado su cesión al Mallorca. Los entrenadores confiaban en él, aunque era difícil imaginarse una carrera como la suya.

Esta temporada ha regresado a su mejor nivel, lo que le ha permitido ser importante para Luis Enrique en la selección después de años sin vestir la roja. Es el eje del juego del Atlético y lo ha jugado casi todo. Sólo se ha perdido un partido de Liga por acumulación de amonestaciones y los dos partidos de Copa porque Simeone le dio descanso.

Koke no quería perderse un instante de su primera Liga como capitán. La foto con la que soñaba de pequeño. Y antes y después de jugar con el Valladolid habrá cumplido con las tradiciones. La última llamada y la primera después de cada partido es para su mujer, Beatriz. Ella habrá sido la primera en escuchar la voz del capitán del equipo campeón de Liga.