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Morata y el reto permanente

Siempre tiene algo que demostrar y siempre lo resuelve. Sale reforzado de la Eurocopa

Morata celebra su gol contra Italia
Morata celebra su gol contra ItaliaLaurence Griffiths / POOLEFE

El «7» es responsable de los goles de España desde hace casi 25 años. Lo fue Raúl, luego Villa y ahora es Morata, el futbolista que mejor explica las luces y las sombras de esta selección. El delantero de la Juventus no estaba en plenas condiciones cuando se ofreció para lanzar uno de los penaltis de la tanda definitiva. «Tenía problemas en el aductor», reconocía Luis Enrique después del partido.

Una decisión que camina por el delicado límite entre una muestra de personalidad y una imprudencia. Aunque Luis Enrique se queda con la personalidad de su delantero. «Ha querido tirar el penalti y eso dice mucho de su personalidad. Ha estado a un nivel bestial, ha salido, ha generado mucho desconcierto en el rival y ha marcado el gol», explicaba el seleccionador.

Morata se ha sobrepuesto a todo en el torneo para terminar siendo el futbolista que más goles ha marcado con España en la historia de las Eurocopas. El que marcó a Italia era el sexto, el que le hacía desempatar con Fernando Torres. Aunque el «Niño» tiene uno que vale por todos, el inolvidable que marcó en la final de la Eurocopa 2008 contra Alemania.

En la historia de la selección hay tres goles que tienen personalidad propia y se unen al nombre de su autor como si no hubieran marcado ninguno más en su carrera. El de Torres llegó después que el de Marcelino. Y los dos quedaron sepultados por el de Iniesta que dio a España su único Mundial.

Morata no ha llegado a marcar ese gol que le metería en la historia, pero ha conseguido ser el «7» de España y algo mucho mejor para su día a día. Asume sus problemas en lugar de negarlos y se enfrenta a ellos para resolverlos. Es lo que hace, por ejemplo, con el miedo a volar.

Asume también los pitos de su propia afición, a los que se enfrentó desde el amistoso de preparación en el Metropolitano, acompañados de gritos de «Qué malo eres, Morata, qué malo eres». Se enfrenta a ellos, los concibe como parte del juego e intenta darles la vuelta desde el césped. Lo mismo ha hecho con los penaltis. Falló contra Eslovaquia, pero eso no le impidió ofrecerse para lanzar en la tanda contra Italia. Volvió a fallar y una vez más en su caso la realidad se enfrenta con su leyenda negra. El de Eslovaquia era el segundo penalti que fallaba en su carrera con el partido en juego. El otro lo falló cuando jugaba en el Atlético en un partido contra el Getafe. Tenía motivos para tener confianza y Luis Enrique motivos para confiar en él.

Pero hay algo contra lo que su resistencia se estrella: los insultos y las amenazas que reciben su mujer y sus hijos por lo que él hace en el campo. Las amenazas se repitieron después de su gol a Italia. Esta vez llegaban de «aficionados» italianos. Su mujer es italiana y él juega en la Juventus. Probablemente no haya que tener más en cuenta esas amenazas que los gritos del par de tarados italianos que abandonaban las gradas de Wembley dirigiéndose a la tribuna de prensa al grito «giornalista, terrorista». Pero eso parece romperle por dentro a Álvaro.

Pero no le paraliza. Sigue siendo el «7» de España para lo que viene después de la Eurocopa.