Juegos Olímpicos

Ciclismo

Carapaz, de la bici de chatarra al oro olímpico

Valverde se descolgó a falta de 90 kilómetros y, aunque contactó después, no pudo luchar por las medallas. Van Aert, plata y Pogacar, bronce

El ecuatoriano Richard Carapaz celebra su victoria en la prueba de ciclismo en ruta en los Juegos de Tokio 2020
El ecuatoriano Richard Carapaz celebra su victoria en la prueba de ciclismo en ruta en los Juegos de Tokio 2020Enric FontcubertaEFE

Richard Carapaz es el nuevo campeón olímpico. El ecuatoriano es un héroe solitario. Sin equipo que trabajara para él demostró ser el más fuerte en una carrera de mucho nivel en la que Van Aert y Pogacar lo acompañaron en el podio.

Fue el esloveno el que rompió la carrera lanzando un ataque de esos que le gustan, desde lejos, cuando quedaban casi 40 kilómetros. Su compañero Tratnik había trabajado para endurecer la carrera y despejarle el camino de enemigos. Para entonces ya estaba solo, asumiendo toda la responsabilidad, y lanzó un ataque terrible al que sólo pudieron responder McNulty y Woods.

Van Aert se desgastó en la persecución. El belga era el hombre al que todos miraban, con fuerza suficiente para aguantar la montaña y rápido en el esprint. Consiguió su objetivo, pero no pudo enganchar a Carapaz cuando atacó el ecuatoriano. Se fue McNulty con él y parecía que el oro y la plata ya estaban repartidos. Pero el estadounidense no pudo soportar el último hachazo del ecuatoriano, que se marchó solo hacia el oro.

Otra vez Van Aert atrapó a McNulty y todavía le quedaron fuerzas para superar a Pogacar en el esprint en un grupo en el que también viajaban Rigoberto Urán, Mollema y Yates entre otros.

En la lucha por las medallas no estaba ninguno de los españoles. Valverde se hundió a falta de 90 kilómetros en la primera subida al monte Fuji. Enganchó después de la bajada, pero con las fuerzas ya muy mermadas. A Alejandro le va bien el calor, le hace sentirse como en casa, como si estuviera entrenando por las carreteras de Murcia. Pero no tolera bien la humedad, asfixiante en Tokio.

Volvió a descolgarse Alejandro cuando se subía Mikuni, un puerto con unas rampas durísimas que terminó de hacer la selección en el grupo de los favoritos. Antes de que Valverde se descolgara por primera vez ya se había quedado Omar Fraile. Y antes de la segunda “caída” del murciano se descolgó Ion Izagirre.

Fue su hermano, Gorka, el primero de los españoles en la meta en el puesto 23. Muy lejos de lo esperado. España confiaba en Valverde, en que conseguiría pelear por algo grande en los que eran sus quintos Juegos Olímpicos. Sin él entre los primeros, la selección que dirige Pascual Momparler se quedó sin alternativas. Era la única de las grandes selecciones que tenía a uno de sus hombres en la selección final. Allí estaban los franceses, los italianos, los belgas y los neerlandeses. Pero faltaba un español que luchara por un podio que podía haber sido el del Tour.

Pogacar y Carapaz repìten y en lugar de Vingegaard aparece su compañero de equipo Van Aert, el más completo de los corredores actuales, al que su exhibición sólo le sirvió para ser segundo.

«Es algo que ni yo mismo me lo puedo creer», decía el campeón después de la carrera. Es el mayor trofeo de su vida después del Giro que ganó en 2019. «Richard se imaginaba ser un ciclista muy grande y lo está consiguiendo, pero nunca pensamos que esa bicicleta –la primera que tuvo, rescatada de la chatarra–, podía ser la promotora de lo que él es hoy», dice su padre.