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Cuando dos atletas deciden compartir el oro. La imagen más emocionante se vio en el salto de altura

El qatarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi decidieron no desempetar y ganar una medalla de oro cada uno

Gianmarco Tamberi y Mutaz Essa Barshim deciden compartir el oro
Gianmarco Tamberi y Mutaz Essa Barshim deciden compartir el oroCIRO FUSCOEFE

Mutaz Essa Barshim y Gianmarco Tamberi estaban igualados al finalizar el concurso de salto de altura. Los dos habían superado los 2,37 y los jueces les dieron la opción de desempatar o de ganar un oro cada uno. “¿Ganamos los dos el oro?”, preguntó Mutaz. La respuesta del juez fue positiva, los dos atletas se miraron y chocaron las manos. Antes de que se diera cuenta el qatarí tenía encima al italiano, que lo abrazaba emocionado.

No era para menos la alegría de Tamberi, que antes de llamar la atención por sus saltos lo hizo por su imagen asimétrica. Competía con barba por un lado de la cara y por otro lado, afeitado. Una curiosa imagen que respondía a la superstición y también a la idea de crear una marca personal. Así ganó, por ejemplo, la medalla de oro en el campeonato de Europa.

En Tokio se ha olvidado de esa imagen, pero se ha llevado otro amuleto hasta Japón. Mientras saltaba, sobre el tartán se podía ver la escayola que le cubría la pierna durante la lesión que le impidió competir en los Juegos de Río 2016, una lesión de ligamentos que le obligó a parar. Allí comenzó su preparación mental para ganar este oro. Sobre la escayola había escrito “Road to Tokio 2020″ (camino a Tokio 2020).

Ahora, Tamberi, comparte una medalla de oro con Mutaz Essa Barshim. Cuando lo supo, no podía parar de correr, saltar y gritar, hasta que se abrazó con Jacobs, el ganador italiano de los 100.

La historia de Barshim tampoco ha sido sencilla. Ha sido dos veces campeón del mundo, pero el oro olímpico se le escapaba después de dos platas en Londres y en Río. Es además, el hombre que más cerca se ha quedado del récord del mundo que Javier Sotomayor batió en Salamanca, en las pistas del Helmántico, pero “sólo” ha llegado hasta los 2,43, un centímetro por debajo del cubano.

Barshim también se rompió los ligamentos. Fue en 2018, en Hungría, cuando en su tercer intento para saltar 2,46 y superar el récord del mundo sobre sufrió la lesión que lo ha tenido un año parado. Regresó a tiempo para ganar en 2019 el oro mundial, pero sobre todo para ser campeón olímpico. El oro que tanto esperaba.

El bielorruso Maksim Nedasekau también saltó 2,37, como ellos, pero tuvo que conformarse con el bronce por haber hecho un salto nulo sobre 2,19.