Atletismo

Elaine Thompson ya roza el histórico récord de los 100 de Florence Griffith

La jamaicana hizo 10.54 en el mitin de la Liga de Diamantes celebrado en Eugene. Se queda a cinco centésimas del sospechoso récord de la estadounidense

Elaine Thompson-Herah, triple campeona olímpica, logró en Eugene la segunda mejor marca de la historia en los 100 con 10.54
Elaine Thompson-Herah, triple campeona olímpica, logró en Eugene la segunda mejor marca de la historia en los 100 con 10.54Petr David JosekAP

El 16 de julio de 1988 Florence Griffith corrió los 100 metros en 10.49. 33 años después la jamaicana Elaine Thompson ha parado el crono en 10.54, la segunda mejor marca de todos los tiempos. De Indianápolis a Eugene. De las sospechas del siglo XX a la actual reina de la velocidad bien entrado ya el siglo XXI. Florence Griffith-Joyner falleció diez años después de fijar un récord que se adelantó casi 35 años y lo hizo rodeada de incógnitas sobre todas sus marcas -también es la plusmarquista mundial de 200- y la legalidad con la que las consiguió.

Elaine Thompson está en el momento cumbre de su carrera. En Tokio fue la reina de la velocidad. Se llevó el oro en los 100, en los 200 y en el relevo corto. En Eugene, en la Liga de Diamantes, no ha hecho mas que ratificar su reinado con una marca que es más que una amenaza para los 10.49 de Florence Griffith. La carrera celebrada en el estado de Oregón fue una reedición de la final olímpica de Tokio. Al lado de Elaine Thompson estaban sus compatriotas Shelly Ann-Fraser Pryce y Shericka Jackson. Ellas fueron la plata y el bronce en Tokio y la historia se repitió. La doble campeona olímpica fue segunda con 10.73 y la más joven de las tres caribeñas hizo 10.76.

Elaine Thompson lanzó un aviso en la final olímpica. Se llevó el oro con unos siderales 10.61. Ya era la segunda mejor marca de la historia y el récord olímpico. Thompson ha dejado atrás a Fraser-Pryce. Su compatriota llegó a los Juegos con un registro de 10.63 logrados pocos días antes, pero no pudo contestar a la exhibición de Thompson. Ésta ahora sólo pelea con la historia porque por la forma en que corrió en Eugene a ver quién dice que no está capacitada para borrar de los libros los 10.49 de la estadounidense. Sus primeros 50 metros fueron mejorables; los segundos 50, perfectos. A mitad de carrera todavía no había tomado la cabeza, pero el segundo tramo de la recta mostró a la velocista incontenible que voló en Tokio. Su aceleración dejó atrás a Fraser-Pryce, que todavía parecía capaz de pelear en el ecuador de los 100. Los últimos 30 metros fueron un escándalo. Despegó y nadie la vio. Los 10.49 de Griffith pueden tener los días contados.