Persecución política

Huir hacia el exilio, la última carrera para muchos deportistas disidentes en Bielorrusia

La esquiadora Darya Dolidovich ha sido la última en abandonar el país por la feroz oposición de su padre al régimen de Lukashenko

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En Bielorrusia, Alexandr Lukashenko sigue manteniendo el control del país a golpe de represión. Bajo su régimen, los críticos no tienen cabida. El espacio para ellos se reduce aún más si son figuras públicas que puedan servir de ejemplo.

Reuters informó ayer de que la esquiadora bielorrusa Darya Dolidovich huyó, junto a su familia, a Polonia. En diciembre, la Unión de Esquí de Bielorrusia desactivó el código FIS de Darya, una identificación necesaria para que los atletas participen en competencias organizadas por la Federación Internacional de Esquí (FIS).

El padre y entrenador de Darya, Sergei Dolidovich, exdeportista de élite siete veces olímpico, ha expresado repetidamente sus críticas al régimen de Lukashenko y participó activamente en las protestas masivas que recorrieron el país después de las elecciones celebradas en 2020 -declaradas fraudulentas por la comunidad internacional- y tras las cuales Lukashenko todavía se mantiene en el poder.

Sergei Dolidovich dijo a Reuters que la familia fue hostigada por las autoridades debido a motivos políticos. Aseguró que la prohibición se produjo después de que funcionarios deportivos lo acusaron de apoyar a la oposición del país. «Darya ha sido despojada de su derecho a participar en competiciones», aseguró en una videollamada junto a su hija desde Varsovia. «Todo ha ocurrido por razones inventadas. No veo ninguna posibilidad de que siga haciendo lo que le gusta en Bielorrusia y de que haga realidad su sueño». «Hace tres meses, no podría haber imaginado, ni en una pesadilla, que terminaría saliendo de mi país», dijo la adolescente. «Había planeado terminar la escuela en Bielorrusia, pero mis padres dijeron que debíamos mudarnos. Creo que también es lo mejor para mi padre. Estoy molesta, por supuesto», continuó. La atleta también aseguró que estaba ansiosa por seguir esquiando para mantener vivo su sueño olímpico.

Darya se encuentra en una lista de hasta doce atletas bielorrusos que han sido excluidos de las competiciones profesionales. Algunos de ellos han tenido que abandonar el país debido a presiones del régimen. La también esquiadora Svetlana Andriuk, de 22 años, fue inhabilitada y aunque asegura que sus opiniones políticas son neutrales, ha expresado en numerosas ocasiones la imposibilidad de seguir entrenando en su país y su intención de mudarse a Polonia.

La partida de la familia Dolidovich se produce unos días después del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, donde el equipo nacional de Bielorrusia está bajo escrutinio tras la deserción de la velocista Krystsina Tsikhanouskaya en los Juegos de Tokio. Tsikhanouskaya recibió una visa humanitaria de Polonia tras su abrupta partida de los Juegos de verano cuando aseguró que funcionarios bielorrusos intentaron enviarla a la fuerza de vuelta por sus críticas a las autoridades deportivas nacionales. La velocista es ahora una celebridad en todo el mundo, especialmente entre la diáspora de Bielorrusia, pero las constantes amenazas de muerte hacen que tenga que vivir 24 horas con la protección de un guardaespaldas.

Gran parte de la oposición política, liderada por Svetlana Tijanóvskaya, vive en el exilio. Quienes han decidido quedarse en el país están encarcelados o viven acosados por el régimen. Polonia alberga varios canales de medios bielorrusos, incluido Nexta, un canal de Telegram que desempeñó un papel clave en la coordinación de protestas. El Gobierno de Varsovia ha dedicado desde 2020 hasta 11 millones de euros a apoyar a la sociedad civil bielorrusa y a medios independientes.