Fútbol

Real Madrid-Alavés (3-0): Asensio libera al Madrid

Un golazo del delantero cuando el Bernabéu se preparaba para una pitada, despertó al equipo de Ancelotti en la segunda mitad. Después, se divirtió

Militao se lamenta por una ocasión perdida
Militao se lamenta por una ocasión perdidaMiguel OsesAgencia EFE

Estaba la grada del Santiago Bernabéu con Asensio como las tropas rusas en la frontera de Ucrania. Su partido en París fue inane, más incluso que la media y la primera parte contra el Alavés había sido un poco más de lo mismo. Más balón, pero una sensación de tristeza pegada a la piel, a la de Asensio y a la de sus compañeros. Un desánimo que desmienten los hechos: el Madrid va primero en LaLiga y por poder, todo puede pasar en Champions. Pero era el ritmo, una falta de ambición, un problema con las defensas cerradas. El Alavés había llegado al descanso y parte de la segunda mitad con su portería a cero y el guardameta con frío por las bajas temperaturas y el poco trabajo. Y en eso, llegó Asensio y dio un pase atrás, a Courtois, desde fuera del área, que fue un suicidio, un paso a la inmolación, como si quisiera cargar él con todas las culpas. Se adelantó Pere Pons, regateó a Courtois y a puerta vacía, tiró fuera.

Y ahí se preparó la grada del Bernabéu, para afinar los labios y comenzar las pitos, ese rumor que crece y que al final siempre termina pagando un futbolista. A veces no el más culpable, casi siempre el más débil y a veces al que le llega la pelota. Estaba en la esquina del área Asensio cuando le llegó el balón y empezó el sonido, hizo un regate, los pitos crecían, regateó hacia dentro, los pitos se oían y metió su bomba por la escuadra, sólo como él sabe hacerlo. Lo celebró con rabia y alegria, con revindicación. Fue el que hizo gol al Granada y fue quien despertó a su equipo contra el Alavés.

Ése es Asensio. O lo tomas o lo dejas.

Pero fue fundamental para levantar un partido que era más que un partido. La derrota en París ha dejado algunas cicatrices en la confianza del equipo. No ha sido el mejor este comienzo del año y los de Ancelotti sintieron la presión como nunca, porque un error penalizaba doble: quizá en la ventaja que tiene en la clasificación y seguramente en el espíritu del grupo. Hay que seguir ganando para amarrar LaLiga, pero también para llegar al 9 de marzo con el ego hinchado contra Mbappé. Y eso sólo se puede conseguir si se juega como en la segunda parte, no como en la primera.

Ancelotti sólo dio descanso a Kroos para demostrar que el impulso de Valverde es necesario para tiempos de zozobra como los que vive el Real Madrid. El uruguayo se mata en el campo y tan pronto está ayudando a Carvajal a orientarse, y bien que lo necesita, que termina una jugada en el área rival.

Durante cuarenta y cinco minutos fue un Madrid aseado, que no brillante, con sus habituales problemas para atacar un equipo con dos líneas juntas y ordenadas. Con Vinicius sin romper del todo, pierde profundidad. En la izquierda, el brasileño lo intentaba en solitario; en la derecha Asensio, Valverde y Carvajal lo intentaban combinando, pero el final solía ser el mismo: centro del lateral al área sin pasión.

Le faltó eso: pasión. El público esperaba ver a un equipo que con otra actitud y tuvo que esperar al segundo tiempo para que llegase la velocidad y la intensidad. Por fin el Alavés se sintió en peligro y ya no pudo hacer su fútbol de buscar a Joselu para llegar al área contraria.

Fue un Madrid distinto, con más ocasiones y variantes, con Asensio más vivo y Benzema recuperado de verdad. El gol de Asensio fue la campana que despertó a todos. En el fútbol se habla del punto de inflexión y ese tanto cambió todo. El Madrid se liberó de sus fantasmas y dejó atrás los miedos. Por fin jugó con alegría para hacer el segundo tanto, un show montado entre Benzema, Asensio y Vinicius. Marcó el brasileño y después, al final, Benzema. Para que los dos delanteros vuelvan a confiar en ellos. Además, Ancelotti aprovechó para hacer cinco cambios, dar minutos y ver en quién confía para la vuelta de París y para el resto de la temporada. En Champions espera el PSG..

En LaLiga, tiene pinta que es el Madrid contra sí mismo.