Atletismo

Mondo Duplantis, de operarse la vista a un nuevo récord del mundo de salto con pértiga: 6,19

El joven sueco ha tardado dos años en batir su plusmarca. Lo ha hecho en Belgrado, el mismo escenario en el que dentro de diez días se disputa el Mundial en pista cubierta

Duplantis batió su propio récord del mundo de salto con pértiga
Duplantis batió su propio récord del mundo de salto con pértigaJEAN-CHRISTOPHE BOTTAgencia EFE

Porque en salto con pértiga un centímetro es un mundo, y más en los niveles en los que se mueve el fenómeno sueco Mondo Duplantis, cuando en Belgrado el atleta vio que había superado por fin el listón en 6,19 lo celebró como loco, corrió a un lado primero, se fue al otro después, a la grada a abrazar a todo su equipo, los puños apretados. Acababa de batir el récord del mundo que ya tenía él, pero esa marca en concreto, los 6,19, llevaba dos años detrás de ella. Lo mismo que hizo el gran referente histórico de la especialidad, Serguéi Bubka, Duplantis va centímetro a centímetro acercándose cada vez más al cielo. El 8 de febrero de 2020 llegó a 6,17 en Polonia, superando el registro de su rival y amigo Renaud Lavillenie (muchas veces entrenan juntos, siempre se dan consejos de cómo mejorar), y una semana después subió hasta los 6,18. Y desde ahí hasta este lunes 7 de marzo, algo más de dos años después, y en un escenario en el que viendo la solvencia con la que pasó el listón puede volver a hacer historia en apenas 10 días: fue en Belgrado, en el mismo lugar donde se celebra el Mundial en pista cubierta (18-20 marzo).

Que no superara su plusmarca en todo este tiempo no quiere decir que no ganara, porque el pasado verano se colgó el oro olímpico en los Juegos de Tokio. Ya había sido campeón de Europa en 2018 y este verano en Eugene pretende cerrar la trilogía con el Mundial (fue plata en el de 2019). Cerrar la trilogía para empezar de nuevo otra, porque sólo tiene 22 años y es muy superior a sus rivales. Es más, en Belgrado compitió él solo porque renunció a las primeras alturas y cuando él empezó el resto ya había terminado. Superó sin error los 5,61, los 5,85 y lo 6,00 metros, para calentar, y después, al tercer intento, voló más allá de los 6,19.

El sueco ha establecido una serie de cambios en su preparación este curso que no han tardado en dar frutos. Por un lado, ha trasladado su residencia de Estados Unidos, donde nació, a Estocolmo, y por otro ha solucionado el gran problema que tenía: se ha operado de la vista, de su miopía, y ya no tiene que usar lentillas. «Es maravilloso poder ver bien», admitió en los medios de su país. Y sin nada borroso delante, despegó en busca de la gloria.