Open Británico
Tiger carga contra LIV Golf y los petrodólares desde el “monumento” de Saint Andrews
Tiger Woods critica a los jugadores que se han “vendido” al dinero saudí en la previa de la 150 edición del Open Británico
Hoy comienza la edición número 150 del Abierto Británico, el torneo grande más antiguo del mundo; y lo hace en Saint Andrews, un campo mítico que se inauguró al mismo tiempo que nacía el golf, ese deporte que ahora se siente amenazado por los petrodólares, empeñados en acabar con la tradición y convertirlo en otra cosa a base de dinero. No hay mejor escenario para lanzar un grito contra LIV Golf, ese proyecto alternativo a los circuitos tradicionales que quiere cambiar todo aquello que se daba por inamovible. Y no hay un altavoz más grande que el de uno de los mejores jugadores de la historia, Tiger Woods, que abrió fuego sin ningún tipo de reparo contra todo lo que huele a saudí.
Al ex número uno del mundo le pareció genial que Royal Ancient, los organizadores del British Open, apartaran de los actos del 150 aniversario a Greg Norman, dos veces ganador allí pero CEO ahora de LIV Golf. Hace ya meses que le comunicaron, por si tenía alguna duda, que no estaba invitado ni era bienvenido allí. «Sé que Greg intentó hacer esto a principios de los noventa. No le funcionó entonces y está intentando que funcione ahora. Todavía no veo cómo esto es mejor para el juego. Greg ha hecho algunas cosas que no creo que sean lo mejor para nuestro deporte y estamos regresando probablemente al lugar más histórico y tradicional del golf. Creo que es lo correcto», decía Tiger, que se hizo una foto junto a otro legendario, Jack Nicklaus, en el puente más famoso del mundo del golf: el Swilkan Bridge del hoyo 18 de Saint Andrews.
Un lugar que no es uno cualquiera. Allí se han fotografiado los ganadores del British y también grandes jugadores cuando sabían que sería su última vez en Saint Andrews porque se retiraban. Tiger soltó una carcajada cuando le preguntaron si estaba pensando en dejarlo: «No, para nada, no me voy a retirar por ahora», contestó el estadounidense, que sí siente que este fin de semana puede ser el último para él en este campo al máximo nivel. Woods ya tuvo que retirarse en mayo del PGA por los dolores que sentía en la pierna que se fracturó en el accidente de coche que le ha complicado el final de su carrera. Para este The Open se pone como objetivo mínimo hacer una buena vuelta al menos y ser lo más positivo posible.
Antes de empezar a jugar pasó factura a los jugadores que han decidido unirse a LIV Golf a cambio de grandes cantidades de dinero. «No estoy de acuerdo con su decisión de jugar en LIV Golf. Creo que lo que han hecho es darle la espalda a lo que les ha permitido llegar a esta posición que tienen. ¿Qué están haciendo estos jugadores por ese dinero garantizado? ¿Cuál es el incentivo para entrenar? ¿Cuál es el incentivo para salir y ganar? Simplemente te pagan mucho dinero por adelantado y juegas algunos eventos de 54 hoyos con un ambiente diferente al que estamos acostumbrados», decía Tiger, al que le da pena los jóvenes que van a pasar directamente de amateurs a LIV Golf. «Nunca han tenido la oportunidad de jugar aquí y de saber lo que se siente al disputar un calendario del PGA Tour o un torneo Grande», continuaba Woods, que prefiere la sensación de caminar por el Augusta National o por Saint Andrews a unirse a los saudíes.
Los «mayors» tienen que decidir todavía qué van a hacer la temporada que viene con los rebeldes. El Abierto Británico no prevé censuras, pero avisa de que revisarán los criterios de clasificación.
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