Mundial de atletismo
Cuando el quinto puesto sabe a oro
El 4x100 femenino hace historia para el atletismo español, que se va de Eugene con dos bronces y seis finalistas
Estados Unidos, Jamaica con sus tres estrellas que coparon el podio del hectómetro, Alemania, Nigeria, que batió el récord de África y, quinta, España. ¿Dónde está Gran Bretaña? Justo detrás, sexta. ¿Qué fue de Suiza, cuarta en los Juegos de Tokio? Quedó séptima. ¿Y Bahamas o Francia, que coleccionan medallas en los grandes campeonatos? Ni se sabe. El cuarteto femenino de 4x100 hizo historia para el atletismo español en Hayward Field: nunca un relevo nacional terminó tan arriba en un evento planetario al aire libre y bien que resulta molesto el dato porque se dice, con mucha razón, que estas pruebas colectivas son el mejor termómetro para medir la salud atlética de una nación.
Además, el récord establecido por Maribel Pérez, Jael Bestué, Paula Sevilla y Sonia Molina-Prados (42.58, tres centésimas más rápido que el fijado en las series) rompe por segunda vez la barrera de los 43 segundos, la que separa en el nivel internacional a la élite de los demás. Dos de estas atletas, Pérez y Sevilla, ya estaban en el equipo que borró de las tablas el 43.45 de 2010 con su 43.31 de los Juegos del Mediterráneo de Tarragona 2018 junto a Estela García y Cristina Lara.
Pero un relevo corto es mucho más que cuatro velocistas en forma: se necesita cohesión para hacer magia en los cambios y una locomotora que haga bajar los tiempos. Bestué y Molina-Prados engrasaron la técnica en las transiciones y España, en las dos últimas temporadas, encontró a su lideresa. Porque, lo demostró anteanoche André De Grasse al darle el oro a Canadá por delante de los supersónicos estadounidenses, un relevo corto no alcanzará jamás el éxito sin un finalizador que remate el trabajo de los tres primeros corredores.
En una carrera, se trata de llegar a la meta lo más pronto posible y quien se encarga de ello en el cuarteto español es Maribel Pérez, sevillana de 29 años del Valencia CA, que en las dos últimas temporadas está volando. Primero, se reveló en la pista cubierta para adelantar en el ranking nacional a ilustres nacionalizadas como Glory Alozie y Sandra Myers, a la que acabó quitando un récord en los 60 metros (7.23 rebajado a 7.16) que resistía desde 1990. Este verano, al aire libre, se ha quedado a una centésima de la plusmarca en los 100 de la velocista de Kansas (11.07 frente a 11.06 y toda la intención de bajar hasta los 10.9 en el Europeo de Múnich).
Maribel Pérez se presentará en la prueba individual de Baviera con la séptima mejor marca europea de 2022 y el 4x100, con la ambición de subirse a un podio del que, teóricamente y reloj en mano, están a solo un pasito, porque el 42.58 de Oregón aún está por detrás de los tiempos acreditados este año por Gran Bretaña, Alemania y Suiza. Pero eso será dentro de tres semanas, ya que ahora toca disfrutar de una histórica quinta plaza, el octavo puesto de finalista logrado en este Campeonato del Mundo por los atletas españoles, sin apariciones programadas para la jornada final.
El balance del equipo nacional, por consiguiente, se cierra con dos medallas de bronce (Asier Martínez en las vallas altas y Mohamed Katir en los 1.500) y otras seis plazas de finalista: además de las chicas del 4x100, la cuarta plaza de Mario García Romo en el «milqui», los quinto y sexto puestos en el debut de los 35 kilómetros marcha para Raquel González y Laura García-Caro, Álvaro Martín fue séptimo en los 20 kilómetros y Eusebio Cáceres cerró (8º) la nómina de la final de longitud. No está nada mal, habida cuenta de que faltaron los dos solitarios medallistas en los últimos eventos planetarios (Orlando Ortega en Doha 2019 y Ana Peleteiro en Tokio 2020) y considerando que el Mbappé del atletismo español, el triplista de origen cubano Jordan Díaz, aún no puede competir bajo pabellón rojigualda.
Y aunque el botín de metales se ha doblado con respecto a los Juegos Olímpicos, conviene señalar el retroceso en tres plazas de honor con respecto a los once finalistas del verano pasado en Japón, donde Adel Mechaal y Adrián Ben brillaron en el mediofondo y, en las calles de Sapporo, el maratoniano Lamdassem luchó por las medallas durante 40 kilómetros para terminar quinto y los marchadores Álvaro Martín, Marc Tur y María Pérez obtuvieron sendos meritorios, aunque desafortunados, cuartos puestos. Los tres han pasado por Eugene de manera anónima, lo que supone un fracaso para el sector más exitoso del atletismo español.
✕
Accede a tu cuenta para comentar