La imagen más dramática de la Laver Cup: un hombre se prende fuego

La Copa Laver es la despedida de Roger Federer, con Rafa Nadal de compañero, un espéctaculo de tenis y de nostalgia que se paga bien caro: entre 25.000 y 50.000 euros es lo que cuesta la entrada al partido que juegan ambas estrellas. Y aún así, a pesar del precio desorbitado, se han agotado entradas y como reconocía David Broncano en La Resistencia, es muy complicado conseguir una. El torneo es una máquina de hacer dinero que creó Federer. Su agencia TEAM8, es quien lo lleva y lo cierto es que casi siempre ha conseguido reunir a los mejores del mundo. Se ha celebrado en Praga en 2017, Chicago, Praga de nuevo, Boston. En Londres este año y en Vancouver y Berlín los siguientes. Los mejores tenistas del mundo juegan como amigos, como si durante el resto de su carrera no hubiesen estado compitendo entre ellos a cara de perro. Pero lo que está claro es que, disfrutar de Federer y Rafael Nadal juntos en un mismo equipo de dobles, es algo que sólo se puede ver en la Laver Cup

Además, como se ha convertido en el último partido de Roger Federer, todo el mundo mira hacia el torneo y eso lo ha aprovechado también un hombre para dar altavoz a su protesta. Así, ha saltado a la pista donde se estaba jugando un partido y se ha prendido fuego en un brazo, como señal de protesta contra el uso de vuelos privados en el Reino Unido.

El hombre quería dejar claro su mensaje y por eso vestía una camiseta con el lema “Terminad con los vuelos privados”. No le importaba hacerse daño o causar una catástrofe con el fuego: tuvo que ser la seguridad del torneo la que apagase las llamas y la que le sacase de la pista. El episodio retrasó brevemente el comienzo del segundo set de la victoria de Stefanos Tsitsipas por 6-2 y 6-1 para el Equipo Europa sobre Diego Schwartzman del Equipo Mundo en el O2 Arena.

Ha aprovechado la atención mediática de un evento que no siente la crisis y que se juega rodeado de lujos y de grandes medidas de seguridad, como se ha visto en la rápida actuación para poner fin a un episodio que ha dejado un regusto algo desagradable en un día que iba a ser de fiesta. Aunque no es improbable que alguno de los aficionados que ha ido a ver la competición, lo haya hecho en un vuelo privado, ahora tan criticados. “Salió de la nada.. Nunca me había ocurrido un incidente así en la pista”, dijo después Tsitsipas. Después abló con el juez de silla para asegurarse de que sería seguro seguir jugando y pidió que se limpiara una marca dejada en la pista.

Ha habido otros casos de interrupción de partidos de tenis de alto nivel en los últimos años, incluyendo durante la final de Roland Garros de 2009, cuando un hombre se acercó a Federer y trató de ponerle un sombrero en la cabeza.

Este año, en el mismo torneo una manifestante que llevaba una camiseta con el mensaje “Nos quedan 1028 días” interrumpió la semifinal masculina entre Casper Ruud y el campeón del Abierto de Estados Unidos de 2014, Marin Cilic, atándose a la red con cables metálicos y pegamento y arrodillándose en la pista.