Fútbol

Fútbol

Amarga goleada en el adiós de Fernando Torres

Fernando Torres recibe el abrazo de Andrés Iniesta antes del partido
Fernando Torres recibe el abrazo de Andrés Iniesta antes del partidolarazon

Se marcha Fernando Torres y con él, un pedazo de la historia del fútbol español. Se va el jugador que marcó el gol que cambió para siempre la historia del fútbol español, el de la victoria en la Eurocopa 2008 ante Alemania. Se va el “Niño” a los 35 años y una era se va cerrando. Aunque Fernando hace meses que se estaba yendo. Su marcha a Japón fue sólo un aplazamiento de la despedida. El final de verdad fue la despedida del Atlético, con el Metropolitano lleno y la pancarta que rezaba “De niño a leyenda”. Se va el “Niño” y queda la leyenda.

El escenario para la retirada era un partido de la liga japonesa, un enfrentamiento de competición entre el Sagan Tosu y el Vissel Kobe, pero todo parecía un homenaje. Desde la camiseta con la que Torres y sus compañeros saltaron al campo, un diseño de Fernando y los suyos que conectaba al Tosu con su comienzo, con el Atlético, hasta el saludo de los capitanes. Torres era el de su equipo; Iniesta, el del Kobe. La camiseta en rojo, con tonos blancos y azules, recordaba a la segunda equipación del equipo rojiblanco en los años 80 y 90. Con esa camiseta y con el 9 de Torres detrás saltaron él y todos sus compañeros al césped. Y en pecho, una inscripción “F9T”, el símbolo de Fernando.

Al saludo entre los dos equipos se sumaron los tres hijos del “9”. Los mayores, en pie, apretaban las manos de los contrarios de su padre mientras Torres cargaba en brazos con la pequeña Elsa. Después, la fotografía y el abrazo con Iniesta. Otro regreso a los comienzos. A aquella Eurocopa sub'16 en la que España se impuso a Francia con un gol de Fernando de penalti con dedicatoria para Andrés, que se había tenido que marchar lesionado. Se juntaban la historia y los recuerdos. De los títulos con los mayores y de mucho antes, de aquella camiseta que firmaron en el Mundial sub'17 de Trinidad y Tobago y en la que se “comprometían” a ser campeones del mundo absolutos.

Todo eso se juntaba en el estadio del Sagan Tosu para la despedida de Fernando. Allí estaban sus hijos, su mujer y una persona de confianza de su agencia de representación. Nadie más de los más cercanos. Un círculo pequeño y discreto, como le gusta a él.

David Villa se sumaba al homenaje desde el banquillo, apenas jugó los últimos diez minutos. Pero había más españoles: Samper en el Vissel Kobe e Isaac Cuenca en el Sagan Tosu. Iniesta lideraba al Vissel Kobe desde el césped para amargar la despedida a su amigo. Marcó de penalti el hombre que consiguió el gol que llevó a la gloria a España en el Mundial de 2010, pero antes y después supo manejar a su equipo y dar muestras de que sigue siendo Iniesta: Un eslalon junto a la línea de fondo y un pase de volea desde la mitad de su campo hasta el área que dio origen al tercer gol del Kobe. Pero sólo duró la primera parte. Cuando acababa, se echó la mano a la parte posterior del muslo al iniciar un cambio de ritmo y abandonó el campo de inmediato. Fueron seis en total los goles que encajó el equipo de Torres para completar una dolorosa goleada (1-6) en su despedida.

Fernando tuvo oportunidades para marcar en la segunda parte, pero se marcha sin el recuerdo del gol. Deja otros muchos en su despedida. Se va, pero no deja el fútbol ni el Sagan Tosu. Ejercerá de embajador del club japonés hasta 2020. Probablemente le servirá como unas prácticas antes de regresar a su casa, al Atlético de Madrid, adonde nunca regresará sólo como elemento decorativo. Si vuelve, será para hacer mejor al club, igual que hizo desde el césped. Torres ya ha jugado su último partido. “Y ahora, vacaciones”, como le dijo su hijo en el túnel de vestuarios.

En la grada, mientras, se escuchaba el grito que lo ha acompañado durante toda su carrera. “Fernando Torres, lolololololó, Fernando Torres”, cantaba la afición japonesa para que no faltara ningún detalle en la despedida, para que Torres se sintiera como en casa, como en el Vicente Calderón de sus primeros pasos, donde debutó el 27 de mayo de 2001 contra el Leganés. Ahora el estadio está derruido y Torres, retirado, pero queda todo lo que pasó entre medias. Dieciocho años han pasado. Más de media vida para él.