Rugby

Andy Farrell, un inglés al frente de la revolución irlandesa en el Seis Naciones

El técnico de Wigan está detrás del gran momento de la selección de Irlanda, que acaba de ganar su segundo Seis Naciones consecutivo

Irlanda, campeona del Seis Naciones
Irlanda, campeona del Seis NacionesASSOCIATED PRESSAgencia AP

Si hay un técnico en la élite del rugby que no tiene nada que ver con la tradición irlandesa, ése es Andy Farrell, el seleccionador que ha llevado al XV del Trébol a la cima de la clasificación mundial y, anteayer, a la conquista del segundo Seis Naciones consecutivo. Inglés de pura cepa, natural de Wigan, una de las capitales del rugby XIII, la modalidad profesional que los obreros de Lancashire y otras regiones industriales practican para escándalo de las clases acomodadas, anquilosadas durante decenios en la tradición amateur. A ese Rugby League jugó hasta 2005, cuando fue reclutado por los Sarracens para cambiarse al Rugby Union.

Internacional en ocho ocasiones con Inglaterra y subcampeón del mundo en 2007, Andy Farrell alcanzó verdadera fama como técnico especializado en la defensa. De la mano del neozelandés Joe Schmidt, levantó el muro que permitió a la provincia irlandesa de Munster ganar tres Copas de Europa y reverdecer los ajados laureles de la selección apoyado en una generación dorada (O’Gara, O’Driscoll, O’Connell…) que consiguió el segundo Grand Slam de su historia casi sesenta años después del primero. Al término del Mundial de 2019, Schmidt dejó el cargo de seleccionador, que heredó el más competente de sus ayudantes. Gracias a un sistema de franquicias clonado de Nueva Zelanda, donde el rugby es una pirámide que desemboca en los All Blacks, Irlanda ha crecido exponencialmente en el último lustro. Andy Farrell, pragmático como sólo los ingleses saben serlo, ha reforzado a la selección irlandesa con algunos jugadores del Hemisferio Sur con ancestros de la Isla Esmeralda (o no: Mack Hansen, James Low, Bundee Aki, Jamison Gibson-Park…) para construir una máquina poderosa y precisa a la vez, en la que los delanteros martirizan al rival (la primera línea Porter-Sheehan-Furlong es la mejor del mundo y la tercera que componen O’Mahony, Van der Flier y Doris siega cada rincón del campo) y el medio apertura, Jack Crowley, que ha suplido con éxito en este Seis Naciones al legendario Johnny Sexton, suma puntos con el pie.

La Irlanda de Andy Farrell, a la salud del capitán de Inglaterra que no es otro que su hijo Owen, ascendió por primera vez en su historia a la cima de la clasificación mundial tras una serie victoriosa en suelo neozelandés (nunca había conseguido batir a los All Blacks a domicilio), en el verano de 2022, ganó el Grand Slam el año pasado y, como siempre, cayó en los cuartos de final del Mundial, auténtico techo de cristal del rugby irlandés, que jamás ha hollado las semifinales mundialistas. Sin embargo, la federación ha doblado su apuesta por el técnico de Wigan y lo ha renovado hasta la siguiente cita planetaria, Australia 2027, que ya ha empezado a preparar con otro título del Seis Naciones… aunque sus compatriotas ingleses lo privasen de ganar otro Grand Slam en la penúltima jornada, cuando le ganaron en Twickenham con un drop en el último segundo de Marcus Smith. El joven medio apertura que la prensa promociona desde hace un tiempo como sustituto de Owen Farrell.