Opinión

El Atlético empata en el campo y pierde fuera de él

Los neonazis del Frente pertenecen a la afición del Atlético, pero no la representan. Son demasiados episodios los que protagonizan estas bestias y el club debe poner fin a su presencia en El Metropolitano

Simeone se dirige al fondo para pedir a los ultras que no lancen objetos
Simeone se dirige al fondo para pedir a los ultras que no lancen objetosAgencia AP

El primer derbi madrileño de la temporada, quedó marcado por la actuación de los neonazis que, sin representarla, pertenecen a la afición del Atlético de Madrid. Son demasiados episodios los que protagonizan estas bestias y el club debe poner fin a su presencia en el estadio con urgencia. La imagen es grotesca y avergüenza al resto de la aficióncolchonera, que está harta de compartir espacio con ellos, como bien hizo saber el domingo, reprobando como otras veces, la actitud de estos radicales. La solución cuenta con el consenso de cualquier persona racional y del Atleti depende tener la voluntad de llevarla a cabo.

Más críticas han suscitado las declaraciones de Simeone al terminar el partido y la actitud de los jugadores durante el mismo. Hay quien critica, incomprensiblemente, que los capitanes intentasen poner fin al lanzamiento de objetos al campo para poder continuar con el partido. Lo que sí es muy reprobable por parte de la plantilla, es el aplauso que dedicó a esa zona del campo al término del partido. Solo ellos saben qué aplaudían o a quién, pero no deja a los jugadores en buen lugar. Por otro lado, son las palabras del entrenador argentino las que han levantado más ampollas por, según algunos, justificar el comportamiento de los ultras. El Cholo dijo claramente que esa gente sobra en el Metropolitano, pero plantear sanciones a los jugadores que provoquen a la grada le ha convertido en el blanco de muchas críticas, algo sorprendente teniendo en cuenta que esa posibilidad se contempla en el código de disciplina de la RFEF, con una sanción de entre 4 y 12 partidos.

Derbi aparte y generalizando sin la camiseta puesta, la manera en la que las emociones se expresan en los campos de fútbol son siempre bienvenidas cuando se basan en la felicidad del individuo, ya sea con llantos de alegría, ilusiones o celebraciones, pero tanta pasión genera, de igual manera, enfado, irá y frustración, emociones mucho más difíciles de canalizar y que en ocasiones nos juegan muy malas pasadas.